La dentofobia, es un problema muy extendido que, aunque no lo creamos tiene solución.
Definimos la dentofobia como el miedo a ir al dentista. Según algunos autores, entre el 8% y el 15% de la población presenta fobias en relación con el tratamiento dental. Y el resto (85-90%), a pesar de no presentar fobias, siente casi siempre algún tipo de malestar, ansiedad o miedo antes y/o durante un tratamiento.
El miedo es uno de los principales responsables de que el paciente rechace los tratamiento dentales, y consecuentemente, del agravamiento de su condición oral. En la mayor parte de los casos, el miedo al dentista está directamente asociado con el »acto físico del tratamiento». El nivel de miedo aumenta a medida que se aproxima el tratamiento propiamente dicho. Va creciendo progresivamente desde que el paciente llega a la clínica, pasa a la sala de espera, se sienta en el sillón del gabinete y comienza el tratamiento. Los síntomas son manos temblorosas y húmedas, aceleración cardiaca, sudores repentinos, dolor de estómago, dificultad de respiración y pensamiento de cómo poder evitar la próxima cita.
Síntomas
El miedo es el principal síntoma de cualquier fobia. Un miedo que va desencadenando una serie de reacciones físicas como los nervios incontrolados, los mareos, la sudoración excesiva, las palpitaciones, las crisis de angustia o los ataques de pánico. Todo esto ante la perspectiva de ir al dentista. Y con este panorama, lo normal es que intentes evitar la situación o el llamado estímulo de la fobia que en este caso es ir al dentista.
Pero la conducta de evitación puede provocar a su vez otros síntomas psíquicos, con una bajada de autoestima como principal problema. Todos sabemos de la importancia de tener una boca sana a la hora de relacionarnos con los demás, por lo que no tratar la dentofobia puede acabar en un aislamiento social.
Causas
Como decimos, el miedo al dentista es una de esas fobias en las que se puede comprender el origen del miedo. ¿Quién no ha vivido un episodio desagradable, incómodo y doloroso en una clínica odontológica? Si ese momento se vivió con una gran carga emocional, es motivo suficiente para considerarlo una experiencia traumática y que se desarrolle la fobia.
Pero además de la experiencia traumática en la dentofobia entran en juego otros miedos que surgen por problemas previos de ansiedad, por el miedo a no tener una boca sana y por ese otro miedo a relacionarnos con los demás con la boca en mal estado. Porque la boca, recordamos, es lo que usamos para comer, para sonreír, para besar, para hablar…
¿Cómo prevenir la dentofobia?
El consejo principal para evitar la dentofobia está dirigido a los padres de familia. Uno de los consejos para la salud bucal de los niños es estimularlos a lavarse los dientes y las visitas regulares al odontólogo, claro está con una visión positiva de las actividades de prevención.
Si el caso es el que uno de los padres tiene aversión al dentista, es preferible que lo acompañe otra persona para no contagiar el nerviosismo o la ansiedad al pequeño. En la actualidad, existen consultorios muy acogedores para los niños, están ambientados con decoración infantil que permiten entrar en familiaridad de forma más rápida. Muchos odontólogos son también pediatras y saben cómo manejar la situación.
Tratamiento
Siempre aconsejamos la terapia psicológica para superar cualquier fobia y en el caso de la dentofobia también. El psicólogo seguramente optará por la terapia cognitivo conductual para erradicar ese pensamiento distorsionado que crea el miedo irracional. Una vez eliminado el pensamiento, ya se puede modificar la conducta de evitación.
Pero insistimos en que debe hacerse con un profesional de la psicología. Todos sabemos, y las personas que sufren dentofobia también lo saben, que a pesar del miedo que pueda producir es necesario ir al dentista. La evitación llega por un trastorno psíquico y eso no lo podemos superar por nosotros mismos.
En el tratamiento de la dentofobia también pueden intervenir los propios odontólogos, con empatía y ofreciendo garantías de parar la actividad si la ansiedad aprieta, administrando puntualmente ansiolíticos o tranquilizando al paciente. En los casos más graves de dentofobia se puede llegar a sedar al paciente cuando acude al dentista, pero todo esto debe ir, sin duda, acompañado de psicoterapia.
Cómo tratar a pacientes con dentofobia
1.-Puntualidad.
Es muy importante que no haga esperar a su paciente. Mucho tiempo de espera puede ponerlo ansioso y además aumentar sus nervios.
2.-Bienvenida calurosa.
Si es la primera consulta que la persona tiene con usted, preséntese y converse amablemente. Si es un paciente regular entonces puede preguntarle cosas como: ¿Qué tal estuvo su día? ¿Cómo fue su día en el trabajo? Platicar de sus logros laborales o desahogarse si es que tuvo un día difícil ayudara a que le paciente se relaje.
3.- ¡Utilice los sentidos para tranquilizarlo!
La calma entra por la vista, así que siempre mantenga limpio su consultorio y guarde los instrumentos que no vaya a utilizar para evitar que el paciente los vea y se ponga mas nervioso.
Aromatice el ambiente utilizando velas o aceites, esto va a beneficiar y estimular el sistema nervioso de sus pacientes y así proporcionales tranquilidad y felicidad. Los aromas que puede emplear son:
–Azahar: Relaja el cuerpo y produce felicidad.
–Jazmín: Da sensación de bienestar, y elimina las preocupaciones.
–Lavanda: Aleja la tensión y la ansiedad, tonifica el sistema nervioso, otorgando paz y alegría.
Además puede usar música clásica o música contemporánea para mantener relajado el cuerpo de sus pacientes.
4.- Atienda sus necesidades.
Muéstrese interesado en cumplir y conocer las necesidades de sus pacientes, sea flexible y tenga paciencia, esto construirá la confianza que el paciente necesita.
ALFA