Se dice que para ser exitosos en la vida, hay que seguir ciertas reglas; como por ejemplo, amar lo que se hace, ser perseverante, o hacer un plan de vida y seguirlo al pie de la letra. Pero, a pesar de lo expresado anteriormente, ninguna regla es más efectiva que devolverle al universo lo que él le ha regalado por su esfuerzo. “Usted recibe lo que ofrece”, algo muy cierto en tan sencilla frase, que nos hace llegar a la felicidad plena como persona. Pero a pesar de esto, existen quienes no creen en esta ley de vida, y se caracterizan por ser competitivos, consiguiendo sus metas sin importar el camino que los lleve a eso.

Según la Real Academia Española (RAE), la prosperidad se define como el “curso favorable de las cosas”, o como la “buena suerte en lo que se emprende, sucede u ocurre”. Bien podría tener razón en su primera apreciación, ya que el obrar bien lo acercaría cada vez más a su meta, lo cual es beneficioso para usted, además de indicarle que va por buen camino. En cuanto a su otra definición, hay un término que deja más dudas que certezas, “suerte”. ¿Es el bienestar algo que deja el azar?, ¿cree usted que las cosas buenas llegan por si solas?, ¿o son consecuencia de sus buenos actos sin esperar nada cambio? Éstas son sólo algunas de las preguntas que usted se debe hacer antes de empezar esta aventura de ser próspero en todos los sentidos.

Un estudio sobre relaciones humanas realizado durante 10 años, determinó que hay tres prototipos de persona en cuanto a su interacción. Según el psicólogo estadounidense, Dr. Adam Grant, existen los comparadores, quienes se basan en tener un balance, es decir, ellos esperan recibir, en algún momento, el favor que hicieron de manera “desinteresada”. También se encuentran los dadores, que son bondadosos por naturaleza; ellos ofrecen sin esperar que se les retribuya. Por último, califica como tomadores a esos individuos que son más de obtener, sin ofrecer mucho a cambio.

Tras la premisa del estudio, toda persona debería autoevaluarse para comprobar en cual estereotipo encaja. Aunque si lo pensamos detenidamente, cada quien tiene un porcentaje de cada prototipo, el cual depende del ámbito en el que se esté desenvolviendo. En el laboral, quizás somos comparadores, basando nuestras acciones en la esperanza de obtener, gracias a ellas, algunos favores que nos traigan beneficios, y a la larga, nos permitan seguir posicionándonos más arriba. En el familiar, tal vez nos demos cuenta que somos dadores por excelencia; esto podría deberse al vínculo afectuoso que tengamos con un pariente en particular. En lo social, lo más probable es que nos demos cuenta que somos tomadores, yendo por la vida recibiendo mucho, pero dando poco.

Y usted, ¿qué tipo de persona se considera?, ¿un dador, tomador o comparador?, a fin de cuentas, no importa cuál sea, lo importante es tener en cuenta que, en cada momento, el universo conspira a favor o en contra de nuestras metas, esto dependiendo de la energía que usemos en búsqueda de la prosperidad.

Si transmite buena vibra, tenga por seguro que será retribuido de la misma manera. No dé, si piensa que al hacerlo está perdiendo algo que no recuperará. ¡Sea dador, sea positivo, sea próspero!

ALFA

5 comentarios de “¡DAR Y TOMAR, DOS FUERZAS QUE INTEGRAN SU PROSPERIDAD!

  1. Héctor Vargas dice:

    Nunca pensé en qué tipo de persona era, hasta que me encontré con este artículo. Muy útil la información.

  2. Mercedes Toscano dice:

    Muy interesante, aunque en desacuerdo totalmente, personalmente creo que para ver frutos en la vida, hay que trabajar intensamente.

  3. Carmen Scola dice:

    Gracias por el artículo, soy fiel creyente de que todo lo que le doy al universo, lo recibo a cambio.

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