Jueves, 11 de febrero de 2016. En Latinoamérica, se ha popularizado un culto africano milenario de las antiguas tribus “Yorubas”; cuyos collares representan cada deidad como protecciones divinas y no como un simple accesorio para la belleza. Estas prendas son el bautizo para la iniciación de esta religión, y quien las posea deberá regirse por las reglas de las divinidades llamadas en un plano general como “Oshas” y “Orishas” dentro del dialecto “lucumí”.
Estos elementos espirituales son conocidos como “Elekes”, y han sido una de las joyas más sagradas dentro de la religión Yoruba; ya que estos collares amparan a quien los lleve consigo, representando al “Cuerpo Astral”. Para obtener los collares protectores, se debe hacer una ceremonia de consagración llamada “Medio Asiento de Osha”; en la que solo las personas como santeros o santeras –Babalosha o Iyalosha– tienen la energía espiritual para darle poder mágico a estas prendas, pues cada uno de los colgantes tiene una luz distinta de las deidades principales conocidas como Yemaya, Oshun, Elegua, Changó y Obbatala.
Los collares son muy sencillos y coloridos, quien los use debe sentirse totalmente identificado con la religión; ya que las sociedades se han encargado de discriminar y ver con malos ojos a quienes posean este tipo de prendas, las cuales para el culto “Yoruba” son belleza de alta base espiritual.
Comúnmente, las personas quienes han tenido la “necesidad” de recibir estos collares, es gracias al oráculo de la religión; también hay otras razones como la mejora de la salud, vocación espiritual o simplemente querer tener una protección de otro mundo; algunos han querido tenerlo por simple moda, lo que no es muy recomendable por la envergadura espiritual y responsabilidad que abarca tener este tipo de piezas.
Lo más curioso de estos collares, es la historia ancestral y cultural que representan; pues estos provienen de Nigeria, y tuvo cambios trascendentales cuando los españoles trajeron a negros “Yorubas” como esclavos a la Habana Cuba para trabajar en medio de la invasión de América; quienes requirieron instrumentación complementaria para sus rituales esotéricos. La teología “Yoruba” se basa en un Dios Supremo, responsable de todo lo que existe, y de quien desborda centenales de energías garantes de cada detalle en todo el universo.
En la actualidad, pueden apreciarse miles de personas practicantes de este culto luciendo sus hermosos “elekes” en diferentes partes del mundo como Venezuela, España, Argentina, México y Estados Unidos; afirmando la existencia de esta energía suprema en sus accesorios, dotándolos de protección y crecimiento espiritual a donde quiera que estén.
muy buen articulo felicitaciones a su creador o creadora