Virginidad. Socialmente se acepta como el estado de una persona que nunca ha tenido relaciones sexuales. Pura, sin mancha, casta. De acuerdo al Diccionario de la Real Academia Española, la palabra virginidad refiere a “la cualidad de la persona que no ha tenido relaciones sexuales, también, conservando su castidad, la ha consagrado a una divinidad”. El culto a la virginidad ha sido adaptado a diferentes culturas, religiones y creencias, desde los tiempos de la Antigua Grecia.
Para la civilización helénica, el culto a la virginidad correspondía a la leyenda de Artemis, conocida también como la Diosa Virgen. Si bien esta deidad tuvo hijos de Océano y Edimión, dándoles 50 y 70 primogénitos correspondientemente, se relata que aquellas sacerdotisas que querían servirle debían jurar votos de castidad hasta el matrimonio bajo la Orden Sagrada.
Conforme a las diferentes creencias, el culto a la virginidad se postula para el catolicismo como un acto, con el cual mantenerse puros de cuerpo y corazón a fin de seguir al hijo de Dios, Jesucristo, puesto que consideran que él está por encima de cualquier vínculo humano, familiar, o social.
A su vez, esta se ve entrelazada con otro eje fundamental, además de la propia fe, tal como lo es el matrimonio. De acuerdo a San Juan Crisóstomo “denigrar el matrimonio es reducir a la vez la gloria de la virginidad; elogiarlo es realzar a la vez la admiración que corresponde a la virginidad.”
En otras ideas religiosas, como por ejemplo, el taoísmo ofrece una posibilidad más abierta de ver la sexualidad, y de cambiar la acepción predecesora de la virginidad. Promovida por la zona Tse, los creyentes del taoísmo consideran a la sexualidad como “la llave de la felicidad. Aquella que forma parte de la misma energía vital”, otorgándole incluso, un poder terapéutico a diferentes prácticas, todas enmarcadas en el disfrute de la intimidad.
Por su parte, existen diferentes postulados que a nivel social castigan el culto a la virginidad como un detractor de las ideas contemporáneas. Aunque, la sexualidad debe vivirse con responsabilidad, diferentes pensadores consideran que prevalece como un modelo machista, que menosprecia a las mujeres que se comportan con cierta libertad sobre su intimidad.
Sobre ello, la articulista, Vanessa Cárdenas afirma que “esta adoración de la virginidad permea nuestra cultura hasta el presente, erigiéndose como una máxima moral, que se exige sobre todo a la mujer, y que hace que en nuestra sociedad se caiga en el sentimiento de culpa a nivel íntimo, y en la más grande hipocresía a nivel social.”
Las mujeres siempre sufrimos por este tema ¡Enhorabuena que lo hablaron! ¡No más tabúes!
Ustedes siempre dando en el clavo, este post fue interesante y grandioso ¡Felicitaciones de nuevo!
No tienen ni idea de cuánto anhelaba un artículo como estos ¡Gracias Joya life!
No hubo mejor forma de articular este tema que como ustedes.
¡Buenísimo! ¡Me encanta este post!
La virginidad es un concepto machista y no hay mejor afirmación declarada que la de este post.