CUIDANDO LA PIEL, DESPUÉS DEL VERANO

Tomar el sol y divertirnos con unas fascinantes vacaciones o simplemente salir a pasear, deleitándonos de la luz espectacular en esa temporada, es una sensación cautivante. Solo hay un detalle importante y es que muchas veces no cuidamos nuestra piel después del verano, exponiéndola a los rayos solares que estropean sus capas, aunque el resultado sea un excelente bronceado.

La piel del rostro es la más afectada, con la gran desventaja de estar expuesta directamente, soportando factores como el agua salada, el cloro y el maquillaje. Por eso, el cuidado debe ser extremo sin olvidar la piel de todo el cuerpo; ya que, al asolearnos, presentamos mucha resequedad, acompañada de manchas; aunque, por suerte, suelen desaparecer cuando el bronceado va disminuyendo, no obstante, algunas permanecen posteriormente.

Para ayudarle a eliminar esos resultados, le daremos algunos consejos en procura de prevenir también las arrugas, que se originan por la deshidratación, al estar en contacto continuo con los rayos del sol, acelerando el envejecimiento prematuro.

Exfoliación: es lo primero que debemos hacer, eliminando las células muertas e  impurezas, para una piel limpia iniciando una intensa hidratación que nos ayude a restituir la humectación de las células. La exfoliación no es un tratamiento para hacerlo a diario, sino una vez cada semana o con quince días de diferencia; lo puede realizar usted misma o acudir a un centro de estética especializado. Una opción muy oportuna es utilizar un poco de miel, limón y azúcar, preparando una pasta, aplicándola por todo el cuerpo y cara; igualmente puede mezclar café con su crema limpiadora, empleándola como un gel.

Mascarillas: con ellas obtendremos una mejoría en nuestra piel, las mismas se utilizan una vez por semana; algunas son tan efectivas que nutren, aclarando y  humectando de una manera maravillosa, puede prepararlas con avena, leche, miel y agua, haciendo una composición homogénea, usándola sobre el rostro, cuerpo y manos, dejando actuar por veinte minutos; luego, enjuagando con abundante agua tibia. Otra elección muy natural es preparar una mezcla con pepino, la clara de un huevo, una cucharada de leche en polvo y aceite de almendras, extendiéndola solamente en la cara, permaneciendo con ella por quince minutos, retirando con agua fría.

Hidratación: el agua es el mejor hidratante, debe tomar mínimo ocho vasos por día; no obstante, es fácil ayudarnos con cremas y lociones, las cuales podemos preparar nosotras mismas, ideales para todo tipo de piel. Necesitaremos una taza de agua destilada, el jugo de un limón, tres cucharadas de aceite de oliva, dos cucharadas de aceite de glicerina y el líquido de tres cápsulas blandas de vitamina E; agite los ingredientes dentro de un envase, para mezclarlos bien; distribuya la mezcla en su rostro y cuerpo, dejandola toda la noche.

Usted sabe que la piel es nuestro órgano más grande, cuidándola adecuadamente después del verano, con tratamientos simples y protectores solares,  contribuirá a devolverle la humectación y luminosidad que ha perdido. En el canal “YouTube” “cnnchile”, un dermatólogo le informará los cuidados que debe tener con su piel después del verano.