El ajetreo cotidiano, el tráfico, el calor, en fin, prácticamente todas las actividades que hace diariamente le producen mucha sed; y, a veces, por estar apurada y querer salir del paso, cae en la tentación de tomarse un refresco, té o alguna bebida que le refresque, pero tenga cuidado puede contener un exceso de azúcar.
Un estudio publicado en la revista “The Lancet Diabetes & Endocrinology” evaluó a un grupo de participantes adultos, a los que se le incluyó, dentro de su ingesta diaria, el consumo de medio litro de jugo pasteurizado durante tres meses. Al finalizar el estudio, todos los participantes tuvieron un incremento en las medidas de la cintura y una creciente resistencia a la insulina. Además, según una investigación realizada en Europa y publicada por la revista Diabetología, la relación entre el consumo de refrescos azucarados y las probabilidades de desarrollar diabetes tipo 2 es de aproximadamente 22%.
Estos líquidos están compuestos por gran cantidad de químicos y aditivos para conservarlos, darles color y mejorar considerablemente su sabor. Toda esta intervención hace que el producto deteriore notablemente el organismo.
Las bebidas “lights” no son la excepción, ya que según la Asociación Mexicana para la Defensa del Consumidor, el consumo de sustitutos de azúcar o azúcar sintética en grandes cantidades genera daños cerebrales y pérdida de la memoria. La sustancia que provoca estas afecciones se llama aspartamo y sostienen que podría contribuir al desarrollo de Alzheimer. La recomendación de la Organización Mundial de la Salud es que el consumo de azúcares para un adulto de peso adecuado debe representar menos de 10% de la ingesta calórica total diaria. Además, indican que si el consumo calórico total se reduce menos del 5%, se obtendrán beneficios adicionales.
Saque la cuenta: en 12 onzas de cola negra (aproximadamente un vaso y medio) están contenidos casi 10 cucharaditas de azúcar, mientras que una botella de 1,9 litros tiene unas 50. La Asociación Americana del Corazón recomienda no exceder de entre 6 y 10 cucharaditas diarias de azúcar.
Lo ideal es tomar agua u otras bebidas que aporten beneficios a la salud. Los carbohidratos simples (azúcar blanca y morena, miel, papelón, y fructosa) no son nutrientes esenciales para el desarrollo y no aportan beneficios. Evítelas porque éstas incrementan el riesgo de osteoporosis y diabetes tipo 2, provocan caries, malnutrición, hígado graso, cálculos renales y adicción, amplían el riesgo de sufrir obesidad y generan insomnio y nerviosismo.
La bebida por excelencia es el agua, si usted no es amante de esta sabrosa y saludable bebida, puede añadir rodajas de limón o naranja, hojas de menta, trozos de piña o frutas deshidratadas para darle sabor sin agregar azúcar. La segunda opción son los jugos naturales sin añadidos de azúcar ni elaborados con pulpa.
Cuide su organismo de adentro hacia afuera y notará la diferencia en poco tiempo; tendrá más energía, menos malestares estomacales, una piel más hidratada y lozana, mejor estado de ánimo y más.
ALFA