Cuando los niños descubren la fantasía a través del mundo mágico de los cuentos, empiezan a vivir un entretenimiento sano y divertido, fomentado por la lectura. Con la fábula, los padres avivan valores esenciales, como la imaginación, y la comunicación en los más pequeños; siendo esta, la base esencial del desarrollo educativo, aun antes de comenzar en el colegio.
Piratas, magos, payasos, princesas y príncipes, esperan por los chiquilines; en una creación extraordinaria que les abrirá el corazón y la mente hacia un mundo de ensueño. En nuestras manos tenemos el gran compromiso de acercarlos a maravillosas experiencias y conocimientos positivos, en una atmósfera de ilusión, donde lo más importante es tratar de proporcionarles elementos útiles, además de atrayentes, para el interés de la lectura en los niños.
Además, el cuento en los pequeños, incentiva el desarrollo; por eso, hacer hincapié en su práctica, invita a los niños a fantasear con la presencia de sus propias creaciones en pequeñas historias, lo que les facilita manejar mundos y personajes, para contar esas lindas experiencias de modo sencillo. A través del mundo de los cuentos, los infantes entran en un ambiente donde aprenden conceptos básicos, valores e ideas, poniéndose en el lugar de otros, conociéndose a sí mismos y desplegando diversas lecciones con el lenguaje.
Se puede decir que el cuento es un mecanismo de instrucción, ya que establece un relato en el cual los niños razonan y se sienten deleitados. La mayoría de la narrativa no es larga, y esto procura la atención de los chiquillos; al mismo tiempo, sirve como una manera de explicarles cosas, de una forma particular, buscando que puedan entender, y con un especial estilo que atrae la curiosidad e interés de los mismos.
Compartir ese tiempo, proporciona a los padres una mejor comprensión de sus hijos, mejorando los lazos afectivos, permitiendo conocerlos mejor y asimilando el mundo de los niños desde su punto de vista, viendo cómo maduran, razonan y se motivan. Pero los cuentos tienen algo que causa un asombroso encanto, porque esas leyendas, se ajustan a las mentes de casi todos los niños, contribuyendo positivamente en su avance y aprendizaje; en definitiva, ellos forman imágenes y percepciones, mediante las distintas narraciones.
El psicólogo austriaco Bruno Bettelheim, en su investigación psicoanalítica de los cuentos de hadas, encontró en la trama un alto valor estético y terapéutico, capaz de desencadenar las ataduras neuróticas y ayudar a los niños a solucionar sus angustias y conflictos emocionales. De igual manera Sigmund Freud, definió la fantasía como un fenómeno inherente al pensamiento, y como actividad psíquica que está en la base de los juegos de los niños.
Los niños son muy sensibles, e inconscientemente se identifican con personajes que de una u otra manera marcarán sus vidas. Con los cuentos, los pequeños consiguen relajarse y se sienten felices imaginando las historias; ¡anímese a compartir esa magnífica experiencia con ellos!; es algo sublime, que le llenará de complacencia.
ALFA