Dicen que la felicidad no existe y es más bien una actitud que diferencia a ciertas personas de otras. La gente feliz se caracteriza por disfrutar momentos llenos de paz y satisfacción; por lo tanto, es un estilo de vida basado en el contentamiento de cada instante de la existencia, independientemente de las circunstancias, aceptando la realidad de una forma armónica.
Las personas que miran la vida con entusiasmo, siempre sonríen a pesar de tener problemas como todo el mundo y muchas veces atraviesan momentos muy difíciles; sin embargo, siguen adelante siendo optimistas. Aprovechan el tiempo en regocijarse y jamás asumen conductas negativas; la gente feliz tiene este tipo de costumbres que describimos a continuación.
Aprenden a perdonar: la gente realmente feliz trata de olvidar las ofensas. Cada vez que son criticados o heridos, lo dejan pasar y no permiten ser afectados por esa eventualidad; además, aceptan a los demás tal como son, dándose cuenta en primer lugar de las virtudes que los identifica.
No buscan la aprobación ajena: no necesitan la aprobación de los demás para ratificar sus actos, se sienten en plena libertad de hacer aquello que les complazca, sin darle importancia al qué dirán; aunque se cuidan de no causarle daño a nadie. Son personas que alimentan su autoconfianza tomándola como la mejor arma para enfrentar las adversidades.
Saben apreciar la vida: se enfocan en lo extraordinario de la vida, aprenden de ella cada día, tratando en lo posible de lograr sus metas; pero también siendo felices con lo que tienen. Aprecian todo lo que les rodea, tomando cada lección como una magnífica experiencia para reflexionar y llevar a cabo un mundo abierto de posibilidades.
Miran los problemas como desafíos: toman cualquier dificultad, sea motivada por alguna persona o acontecimiento, pensando que la superarán lo antes posible. Para ello, analizan numerosas ideas, buscando las soluciones concretas, considerando todo aquello que se interpone y desarrollando la mayor creatividad hasta conseguirlo.
Se rodean de personas positivas: la gente feliz elige a sus amistades con inteligencia, fijándose en aquellas que son afines a sus propósitos, que acompañen sus valores y puntos de vista; pero sobre todo les gusta compartir con los que sientan alegría y positivismo. Sin embargo, tratan de hacer placenteras las charlas con cualquier persona, sin hacer distinciones.
Disfrutan de la soledad: para la gente feliz, pasar tiempo a solas es un verdadero placer; ya que se aman a sí mismas, sintiendo igual comodidad, bien sea en compañía de otras personas, o estando en soledad. “Mihály Csíkszentmihályi”, considerado el gran psicólogo de la felicidad, comprobó que los adolescentes que no soportan la soledad, son incapaces de desarrollar el talento creativo.
La verdadera felicidad se encuentra dentro de usted misma, tan solo tiene que cultivarla poniendo empeño en alcanzar lo que desea. No deje pasar la vida, disfrútela, acepte lo que no puede cambiar y no amargue sus momentos con cosas insignificantes; a la gente feliz, se le nota la satisfacción con solo observar su semblante.
ALFA