Para quienes están interesadas en mantenerse saludables y con un cuerpo esbelto, correr o caminar son las primeras opciones que buscan a la hora de practicar alguna actividad física; siendo altamente recomendadas por médicos, debido a que brindan innumerables beneficios para la salud a fin de preservarla con miras a una larga vida.

Pero ¿Cuál es mejor, correr o caminar? ¡He ahí el dilema! La práctica de ambos deportes tiene como garantía la prevención de las enfermedades cardíacas, al disminuir los niveles de colesterol y presión arterial; además, del incremento de la energía y el estado de ánimo como producto de la liberación de endorfinas (la hormona de la felicidad). En cuanto a sus beneficios se encuentran a la par, ya que ambos cumplen con la vital función de mantenernos sanas.

Es importante señalar, que estos dos deportes poseen una gran característica compartida: son los más económicos, no se necesita grandes equipos deportivos ni la suscripción a un gimnasio para practicarlos; con solo calzar nuestras zapatillas deportivas estaremos listas para andar o correr.

Ahora, veamos cuáles son las diferencias entre correr y caminar, descubriendo así cuál nos beneficia de manera más rápida:

Cuando bajar de peso y quemar calorías se trata, los expertos en actividades deportivas afirman que la mejor opción es correr; ya que –aunque amplia mayor esfuerzo- nos permite quemar mayor cantidad de calorías en menor tiempo. Sin embargo, con la caminata también se logra perder kilos siempre y cuando lo hagamos con pasos enérgicos y recorriendo una distancia mayor.

En otras palabras, la caminata posee menos limitantes en cuanto a la exigencia física, por ser un ejercicio de bajo impacto en el que articulaciones sufren menos, pudiéndolo practicar casi todas las personas, a menos que tengan una condición que se los impida y aun así, puede servir de terapia. En cambio, a pesar de los riesgos a sufrir lesiones musculares y óseas, correr brinda mejores resultados porque exige mucho más a las rodillas y pies.

En cuanto a opiniones médicas, los beneficios entre caminar o correr son muy similares como lo mencionamos líneas arriba; pero, diversos estudios científicos determinan que caminando se logra bajar más los niveles de colesterol alto que corriendo; al igual que con la caminata la presión arterial alta, los riesgos de diabetes y las enfermedades del corazón disminuyen casi el doble en comparación a cuando se corre.

En definitiva, ambas opciones son provechosas, aunque cada una tenga sus particularidades. Lo importante es que nos preocupemos por mantener una vida sana, con una alimentación balanceada y la práctica de alguna actividad física, ya sea correr o caminar; para gozar como seres humanos de uno de los privilegios y bendiciones más indispensables de la vida, ¡la salud! Elija usted cuál le conviene más de acuerdo a sus necesidades, y disfrute el placer de hacerlo y sentirse bien.

ALFA