Controlar tu mente: Todos tenemos pensamientos negativos alguna vez, pero para determinadas personas las ideas obsesivas se pueden llegar a convertir en una verdadera pesadilla. Cuando las cavilaciones se tornan tóxicas y repetitivas, pueden afectar a tu concentración y productividad, y provocarte altos niveles de ansiedad.
La buena noticia es que no tienes que batallar cada día con ellas. Existe una serie de técnicas que te ayudarán a no darle vueltas continuas a los mismos procesos mentales, a superarlos y a sustituirlos por otros productivos que te hagan sentir mejor.
¿Por qué mi mente no se calla?
La mente inquieta o llena de pensamientos puede ser una experiencia común para muchas personas, existen algunas razones por las cuales tu mente no se calla o no está quieta, estas podrían ser:
Estrés: tener estrés en tu vida diaria y vivir constantemente preocupado puede ser causa de esta agitación mental y por lo cual no pueda controlar tu mente.
Ansiedad: la ansiedad puede hacer que tu mente esté todo el tiempo pensando en cosas malas o preocupaciones excesivas, algunos síntomas de ansiedad como la rumiación y la hipervigilancia son factores que mantienen a la mente ocupada.
Estimulación: si tienes una estimulación constante puede que tu mente esté llena de distracciones y estímulos como de noticias buenas o malas, o incluso de vídeos de redes sociales que alertan de cosas que suceder, la sobreestimulación puede afectar a tu mente.
Patrones de pensamientos: puedes tener pensamientos negativos o autocríticos constamente contigo mismo y que están en constante diálogo en tu mente y esto podría afectar tu bienestar mental.
Recuerda que tener una mente en constante pensamiento es signo de que podrías estar pasando por una situación que te incomode e incluso no te deje dormir, si es el caso es mejor liberar esas voces en tu mente a través de la palabra, platicando con un profesional de la salud como una psicóloga.
¿Cómo controlar mi mente o calmarla?
Tener una mente inquieta puede resultar incómodo cuando realizamos nuestra actividades diarias, por lo que te enseñamos algunas técnicas para controlar tu mente o calmarla:
Intenta posponer el pensamiento
Cuando tratas de suprimir un pensamiento para calmar tu mente, el efecto que generas es que ese pensamiento se hace más intenso.
Ahora bien, cuando intentas posponer ese pensamiento que amenaza tu paz, el efecto es positivo. Asígnale un tiempo al posponerlo, por ejemplo, puedes decirte “en 30 minutos pensaré en esto para solucionarlo y no ahora que tengo que entrar a una reunión”.
De esa forma evitarás la supresión y quedarte enganchado, y te preocuparás cuando realmente te des el espacio para observar lo que estás pensando y ver qué puedes hacer.
Desarrolla la aceptación
La aceptación no tiene que ver con la resignación. Se trata de reconocer los pensamientos, saber que están allí y dejarlos irse.
Si tienes una preocupación, acepta que está allí, que viene para darte un mensaje, y ya. No viene a quedarse eternamente. Agradece al pensamiento por alertarte y aprende a identificar cuándo es una preocupación sustentada en la realidad y cuándo se trata de algo que no merece tu atención.
Practica la meditación
Cuando te preguntes cómo calmar mi mente, recurre a la meditación. Esta herramienta es similar a la aceptación, se trata de cultivar una actitud sin crítica y compasiva hacia los pensamientos.
A continuación, te contamos algunos pasos para meditar en esos momentos en los que tus pensamientos no te dejan en paz:
- Siéntate en el suelo o en una silla.
- Mantén la espalda recta.
- Coloca las manos sobre tus piernas.
- Mantén los ojos cerrados.
- Respira profundamente varias veces.
- Observa el movimiento abdominal que se genera con la respiración.
- Después de unos minutos lleva la atención a la entrada y salida del aire a través de tu nariz. Sé consciente del ritmo, de la temperatura, o de las sensaciones que aparezcan.
- Céntrate en un punto concreto, y empieza a contar tu respiración hasta llegar a 10. Al llegar al 10, deja de contar durante unos segundos y vuelve a empezar.
Con estos pasos lograrás meditar y calmar tu mente, aprenderás a observar y aceptar tus pensamientos para que estos no lleguen a afectarte.
Cultiva la gratitud para calmar tu mente
La gratitud te ayudará a sentirte alegre y satisfecho. Para cultivar la gratitud centra tu atención en todo aquello que tienes por agradecer, personas, situaciones, oportunidades, entre otros.
Al estar agradecido, tu perspectiva cambia y tu visión también, lo cual termina teniendo también un efecto en tus tus pensamientos. Te recomendamos tener una libreta contigo y apuntar en ella listas de cosas por las cuales estás agradecido. En momentos en los que te sientes mal puedes recurrir a esa lista y recordar lo que anotaste.
Desarrolla la autoafirmación
Piensa positivamente en tus rasgos, esto te ayudará a desarrollar creencias positivas sobre ti mismo. Reconocer las características buenas que tenemos nos ayudan a desarrollar autoconfianza y autocontrol. Así, podremos desenvolvernos mejor en distintas áreas y sentirnos bien con nosotros mismos.
Entonces, si tenemos pensamientos repetitivos que se relacionan con la crítica. Al desarrollar la confianza en nosotros mismos tendremos evidencias para saber que es solo un pensamiento y que realmente poseemos características buenas.
Aprendiendo a calmar mi mente
¡Importante! Ten en cuenta que existen muchas herramientas para aprender a relacionarnos de una mejor forma con nuestros pensamientos. Sin embargo, muchas veces puede ser complicado hacerlo por nosotros mismos. En estos casos, la ayuda de un psicólogo es valiosa para observar y distanciarnos de los pensamientos que pueden generarnos malestar. Si lo necesitas, puedes apoyarte en los servicios de un psicólogo en línea, y así encontrar las herramientas que mejor te funcionan a ti.
¿Cómo distraer la mente?
Si no puedes controlar tu mente y estás buscando distraer tu mente de los problemas diarios, aquí te van una serie de actividades que pueden ayudar a distraer tu mente:
Realiza actividades físicas: correr, hacer yoga, jugar algún deporte, tener una competencia sana puede despejar tu mente y distraerla de los problemas diarios.
Hobbies: si tienes algun hobbie como leer, estudiar, jugar videojuegos, pintar, tocar un instrumento puedes hacerlo para explorar tu creatividad y distraer tu mente.
Meditación: una de las actividades con mayor distracción de la mente y para calmar la mente puede ser practicar meditación, así alejarás los pensamientos negativos que invaden tu mente.
Socializa: si eres una persona que está constantemente sola o que no tiene interacción con las personas, trata de salir con algún amigo o amiga, busca la forma de distraerte platicando sobre tus experiencias con esa persona.
Caminatas: muchas veces las caminatas pueden ayudarte a aclarar la mente y pasmar estos pensamientos negativos que tienes.
ALFA