Las pesadillas aparecen en la etapa del sueño de manera perturbadora; por ello en ocasiones, muchos niños se despiertan llorando y asustados en medio de la noche. Estos miedos no constituyen un riesgo para la salud del pequeño; sin embargo, pueden alterar el patrón del sueño y provocar en ellos ciertas aflicciones como irritabilidad, ansiedad, temor a dormirse en las noches, a conciliar el sueño solo; además de robarles la tranquilidad en general.
Las pesadillas en los niños son parte de los trastornos del sueño, y uno de los más frecuentes en la etapa infantil. Se diferencian de los terrores nocturnos porque el niño puede recordarlas, y relatarlas con detalles.
Los especialistas la definen como “un sueño largo y profundo, con muchos complementos en la información, que provoca en el infante una fuerte sensación de miedo o ansiedad; y acompañada con un contenido de peligro para la integridad del niño”. Asimismo, aseguran que suele aparecer a partir de los dos años; pero con mayor frecuencia a partir de los tres años; generalmente hasta los seis años de edad, es menos frecuente.
Aunque se desconoce concretamente la causa que la origina, está vinculada con el estrés y la ansiedad de los niños, o quizás esté relacionado con algo desagradable que le haya ocurrido durante el día o justo antes de irse a dormir.
Por otra parte, las pesadillas no pueden evitarse totalmente; sin embargo los padres pueden ayudar a que sus hijos logren un sueño más placentero. Por ello, le invitamos a seguir estos pequeños consejos; y de esta manera contribuir a que sus niños superen estos episodios desagradables durante las noches.
Es necesario crear una rutina tranquila antes de ir a dormir. Fomente un ambiente agradable, con luz suave y una temperatura cálida. No permita que su hijo vaya a la cama molesto; si algo le perturba debe resolverlo antes de dormir; puesto que la ansiedad es un componente de las pesadillas.
Asimismo, prescinda del uso del televisor antes conciliar el sueño; ya que puede alterar su ritmo También durante la noche las comidas deben ser nutritivas, pero ligeras; así también, evite las actividades enérgicas, más bien, cuente bellas historias y cántele música suave.
Cuando su niño despierte asustado, atiéndalo inmediatamente. Debe consolarlo, acariciarlo y protegerlo hasta calmarse. Es importante que acuda a su habitación y lo escuche, haciendo uso de un tono de voz suave, sin demostrar angustia ni preocupación; y sin pedir explicaciones de los detalles del sueño. Explíquele que solo fue una pesadilla mientras dormía, y que ya todo ha pasado.
Aunque las pesadillas son un etapa más del desarrollo normal del niño, que deberá superar con la comprensión, el amor y el apoyo de los padres, es importante proporcionarle las condiciones necesarias a nuestros hijos, para que tengan un sueño plácido, profundo y reparador durante la noche; y al despertar buscarle un final feliz a la historia de sus sueños.
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Lo mejor es mantener una rutina antes del sueño que les permita adecuar su cuerpo y su mente al hecho de que van a dormir y evitar la ansiedad
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