La sabiduría de la naturaleza no tuvo límites al poner en la Cascada del Vino, unos matices en sus aguas de color vinotinto. Con una caída de 90 metros de alto, a 1.600 metros sobre el nivel del mar; presenta un espectacular tono que pareciera que las uvas derramaron en ella todo su néctar desde las magníficas alturas del firmamento.
La Cascada del Vino es una caída de agua que tiene una característica muy peculiar, debido a un compuesto orgánico (antocianina) producido por las raíces de los árboles que rodean la quebrada; junto con el material ferruginoso que se desprende de las aguas. Es uno de los grandes atractivos del Parque Nacional Dinira del sector Norte; ubicado al Sur del estado Lara en Venezuela.
Si quiere renovar sus células y un despertar lleno de energías, la imponente caída de estas impresionantes aguas lo despertará; ya que muchos la comparan como las más heladas, que lo dejarán relajado y calmado del calor; típico en la época de verano.
Su diversa vegetación, su fresco y agradable clima de montaña, así como la pureza de sus manantiales; cautivan a los visitantes que andan en la búsqueda de la paz y tranquilidad ofrecida por este hermoso y espectacular lugar.
Esta zona de gran turismo nacional está cubierta de impresionantes y sorprendentes cordilleras, páramos y manantiales; siendo estas las montañas más altas del estado Lara, como las cimas “Los Nepes” que son una serie de cumbres de bellas selvas nubladas, de 3500 metros sobre el nivel del mar que también se convierte en una zona de atracción y seducción para los viajeros por su diversa vegetación y sus bellísimas fuentes de agua natural. Estos páramos están ubicados a seis horas de camino desde la Cascada del Vino.
Los turistas prefieren acampar al pie de la cascada, para deleitarse con la sonora caída de agua que golpea contra las rocas de este imponente torrente natural, que embriaga con una sensación de paz a todos sus visitantes; sin embargo, este lugar otorga áreas y espacios apropiados para el descanso y la recreación.
Desde Barquisimeto, estado Lara, existen diferentes accesos que conducen a la Cascada del Vino; siendo uno de ellos la ruta Panamericana hacia Trujillo, entrando por el poblado de San Pedro, hasta llegar al pueblo de Barbacoas. Su recorrido se llenará de éxtasis por cuanto encontrará durante el camino diversos paisajes con encantos singulares lleno de pueblos y caseríos, como el poblado La Peonía, que se caracteriza por sus ricos panes artesanales elaborados en hornos a leña.
En todos estos pueblos hay posadas destinadas para la comodidad y el disfrute del viajero, acompañado de su gente amable, tranquila y cálida siempre dispuesta en ofrecerle al visitante un servicio muy hogareño y confortable. Elegir este destino turístico es perfecto para quien ama la naturaleza, porque es aventurarse a un contacto único con ella. Aprecie la pureza del agua que le dará vigor a su cuerpo y sosiego a su espíritu. ¡Embriáguese en la imponente Cascada del Vino!
ALFA