En la era del Internet y de las Telecomunicaciones, escribir cartas ha quedado en el olvido. Las empresas tradicionales de correo pareciera que se están convirtiendo en una especie en extinción, pues la tendencia es dejar de utilizarlas  con el envío de “emails” o correos electrónicos.

En casi todas las culturas, los beneficios de la tecnología están presentes en el quehacer cotidiano de los seres humanos; sin importar su credo, raza, condición política, religiosa o inclusive social. Hoy día, muy pocos escapan del “monstruo” del mundo cibernético y en lo relacionado a las comunicaciones la influencia es casi total.

No hace muchas décadas atrás, antes de la aparición del Internet; quizás muchas de ustedes lectoras de este artículo, recibieron por los correos convencionales una carta de un familiar, amigo o de un amor distante; recuerdan ¡qué emocionante era romper el sobre, a veces sentir un aroma especial del perfume de su remitente, desplegar sus hojas y extasiarnos, reír o llorar al leer su contenido! Ahora esa imagen podremos repetirla solo en nuestras mentes o en películas de vieja data, pues actualmente, todo esto cambió.

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Desde documentos importantes de índole legal hasta el finiquito de una deuda o sentencia de divorcio, pueden ser recibidas a través de un correo electrónico. ¡Y no solo eso!, por la misma vía podemos responder como acuse de recibo; considerándose incluso como prueba ante cualquier tribunal, puesto que fácilmente permite verificar día y hora de envío, dándose usted por notificada. Estudios han determinado que un ciudadano común, puede tener hasta más de seis meses o años sin visitar una oficina postal o de correos, pero muchos sí han visitado empresas de envíos para recibir o devolver algún objeto adquirido; ¿por dónde?, ¡pues, vía internet!

Trámites de cualquier naturaleza que antes se hacían o formalizaban con documentación enviada a través de oficinas postales, hoy por hoy han sido sustituidos por correos electrónicos, “emails” o hasta mensajes de texto e instantáneos.

Los defensores del ambiente apoyan esta modalidad, así como los administradores y contadores que luchan diariamente por disminuir los costos innecesarios en empresas y corporaciones; ya que la reducción en el uso de papel permite la conservación de los árboles, y en suma el dinero ahorrado por eliminar el pago de envíos es considerable. Sin olvidar, la disminución de las molestias que genera un paquete extraviado o recibido fuera de fecha, siempre por razones ajenas a la voluntad de los usuarios.

De tal manera que Internet, como uno de los tantos beneficios que ofrece la tecnología en materia de comunicaciones, es innegable. Rapidez, confidencialidad, costos, por solo mencionar algunos, lo hacen un mecanismo atractivo para quienes envían y reciben ahora con tan solo un “click”. Pero para algunas romanticonas, qué agradable sería, aunque sea una vez, volver a recibir esa carta con hojas que destilan aroma a distancia; ¿no cree usted?

ALFA