Sufres, te sientes sola y no dejas de llorar. Son síntomas de un corazón herido. ¿Dejó de buscarte para irse tras otra o te echó sin dar mayor explicación? Cualquiera que sea el motivo del rompimiento recuerda una cosa: el dolor pasará. Y aunque por ahora parezca imposible, ¡puede suceder más rápido de lo que imaginas! Juras que no volverás a ser la misma, lo extrañas, lloras cada cinco minutos y fantaseas con que pronto se dará cuenta de su error. Dile adiós a estos episodios y sonríe de nuevo. Por qué no, al lado de otra persona.
Es normal que una ruptura te descontrole aun cuando haya habido señales de separación. ¿Tenía cara de aburrido todo el tiempo? ¿No te tomaba de la mano? Es probable que, a pesar de las evidencias, no hayas querido creer que el fin estaba cerca. Al terminar una relación es común sentirse ansiosa y frustrada, y quizá intentes comenzar un plan para recuperarlo. No te desesperes. Luego de la ansiedad vendrá un periodo un poco difícil, ya que podrías ver a tu expareja saliendo con otra persona. Si tu relación fue larga, el sufrimiento tal vez sea intenso, pero tarde o temprano se irá. Si luego de meses la tristeza no te deja, solicita ayuda profesional para que un experto te apoye en superar esta etapa.
Deja de buscarlo. Olvídate de aclarar las cosas y tampoco pretendas ser su amiga. Cuando aún no superas a un ex, intentar recuperar su amistad es muy riesgoso para tu estabilidad emocional. Sigue tu camino. Haz un esfuerzo por continuar con tu rutina diaria: no descuides tu trabajo, arréglate, sal con tus amigas al cine. Lo mejor que puede sucederte en este momento es estar rodeada de tu familia y de toda la gente te ama.
Tus hobbies son tus aliados. Mantente ocupada en las actividades que te hacen sentir bien: pídele a una amiga que te acompañe a un museo, a una exposición de arte, a un concierto o hagan un tour por las calles más importantes de tu ciudad para mirar monumentos o vitrinas. Tómense fotos divertidas y ¡sonríele a la vida! Recuerda que no estás sola. Deshazte de sus cosas. Conservar los objetos que te lo recuerdan únicamente te causará más dolor. Borra esas fotografías en las que salen abrazados y pon fuera de vista el oso de peluche que te regaló un día del Amor y Amistad. Además haz que alguien le regrese todas las cosas que te prestó (CDs, libros o películas).
El proceso de separación es como una enfermedad: quizá te sientes terrible, pero sabes que pronto te curarás. Para mejorarte hay un camino que debes recorrer hasta que llegues a la salida; el camino puede ser largo o corto, pero siempre es posible salir de ahí. Si analizas cómo te sientes y descubres que ese dolor lo podría experimentar cualquier mujer en algún momento de su vida, incluso las más inteligentes o exitosas; el alivio llegará más pronto pues te sentirás comprendida y acompañada.
ALFA