El plasma, sustancia obtenida de su propia sangre, combate el envejecimiento de una manera increíble, gran aliado de la belleza, porque detiene el tiempo, luchando contra los factores que causan el deterioro de la piel y los músculos. Las inyecciones de sangre, ricas en plaquetas, después de haberlas centrifugado y separado de los glóbulos rojos y blancos, aportan muchos beneficios a la piel, difuminando las arrugas y líneas de expresión, aclarando las manchas, a la vez que repara la flacidez del área donde se administra.

Es necesario que la sangre se obtenga del mismo paciente, para evitar un posible rechazo, cuando se inocule en la piel, porque las plaquetas son las células que se encargan de crear la coagulación y contiene los factores de crecimiento llamados agentes señalizadores. Son agentes que transmiten señales a las células, para que empiecen a formar nuevamente los tejidos, activando el proceso de regeneración y la formación de nuevos vasos sanguíneos.

A la vez los señalizadores, movilizan y estimulan la biosíntesis de la célula residente del tejido cognitivo, que  mantiene la matriz extracelular, produciendo colágeno, elastina, ácido hialurónico, sustancia amorfa y proteínas fibrosas. Su objetivo es reafirmar y los resultados varían de acuerdo a la persona, aunque sus efectos son casi inmediatos.

Todo el procedimiento para la aplicación del plasma es muy sencillo, se realiza aproximadamente en una hora, se le extrae una pequeña cantidad de sangre al paciente, se procede a ejecutar una centrifugación, donde se separa el suero, y se obtiene un líquido cargado de proteínas, ideal para aplicar en su piel, posteriormente se limpia y desinfecta la zona a tratar y se inyecta esta maravillosa sustancia, en las partes requeridas para el tratamiento.

Se debe esperar un mes, para aplicar una nueva sesión de inyecciones, todo esto con el propósito de extender los efectos, durante más de un año. Es de suma importancia que el procedimiento lo efectúe un médico especializado en estética, para no correr riesgos y garantizar que la colocación del plasma sea desarrollada en forma correcta, buscando en la aplicación óptimos resultados.

La técnica es recomendable para personas de 35 años en adelante porque es allí, cuando comienza el avance del proceso de envejecimiento y se hacen evidentes las arrugas y líneas de expresión, pero en muchos casos también se puede usar en personas que presenten problemas de acné, manchas y flacidez, así no tengan la edad aproximada requerida para el proceso.

Como todo tratamiento, es necesario que se tomen algunas precauciones para su administración, en primer lugar no debe realizarse en pacientes que presenten problemas de coagulación, así como en personas que estén consumiendo ciertos medicamentos como los antiinflamatorios, anticoagulantes y aspirinas. También hay que asegurarse que el plasma obtenido no presente alteraciones que puedan impedir su empleo.

El alcance de esta técnica es invaluable y usted podrá comprobarlo en el momento que decida realizarse este tratamiento innovador, sano y natural que regenerará sus células y le permitirá mostrar una juventud renovada.

ALFA