En Guatemala, hay una población llamada Chichicastenango a más de dos mil metros sobre el nivel del mar; allí se festeja durante una semana, una colorida festividad con una mezcla de catolicismo y tradiciones mayas, donde realizan procesiones, visten coloridos trajes, hacen bailes tradicionales, música y fuegos artificiales; entre estas celebraciones destaca el palo volador, cuya historia está en el libro sagrado de los Kichés, el Popol Vuh.
Se practica el ritual del “Fuego Sagrado” para pedir a la naturaleza ayuda para escoger el árbol para la ceremonia, luego de cortarlo, el árbol es trasladado por cientos de hombres al sitio de la celebración; cumpliendo la leyenda del Popol Vuh que dice que el palo es cargado por unos 400 hombres; los bailadores que se van desenrollando por medio de cuerdas desde la punta del tronco, hasta llegar al suelo, usualmente se visten de mono y con movimientos graciosos bailan al compás de una marimba mientras todo se prepara para el evento.
Maestros artesanos fabrican obras como lo hicieron sus ancestros: máscaras talladas a mano, cubiertas, telas típicas, huipiles bordados, bolsas tejidas, collares de jade, alfarerías, cerámica, joyería y muchas cosas más, es un espectáculo de colores y de escenas pintorescas en la vida real del pueblo.
Entre las muchas atracciones, se encuentra la Iglesia de Santo Tomás que fue construida hace 460 años y consta de 18 gradas que simbolizan el calendario sagrado de los Mayas que tiene 18 meses con 20 días; los rituales religiosos se celebran tanto para pedir salud o trabajo, como para casarse y recomendar a alguien en especial, allí asisten doctores o chamanes de toda Guatemala, así como de México, a los que se respeta pues es evidente que se han conservado tradiciones y creencias religiosas, atribuyéndoles el poder de hacer cosas buenas y malas, consideradas sobrenaturales.
Los chamanes pueden leer el destino, en la Iglesia Santo Tomás hay un lugar en donde se practicaba este ritual y determinaban si habían nacido para la vida familiar o para doctores religiosos, esta práctica se hace en el altar del cerro a cualquier edad.
Es considerado un destino turístico por excelencia, el idioma es el Maya Quiche aunque la mayoría de las personas hablan español e inglés y pequeñas frases en otras lenguas; hay un tour para visitar el bosque de coníferas que puede realizar en bicicleta, asistir a un observatorio de aves, entretenerse en las rutas de los leñadores donde podrá apreciar árboles de chichicaste, pino, encino, ciprés, cedro y algunos pinabetes, y si tienes suerte observar la fauna de la zona.
El pueblo de Chichicastenango está lleno de historias y leyendas, como la del Cerro Pascual Abaj, en donde se encuentra la deidad del mismo nombre, y se dice que fue un curandero que se convirtió en roca; en el cementerio, puede descubrir porqué la variedad de colores en los nichos; hay guías locales, que le pueden mostrar murales y las historias que enmarcan este bello lugar.
ALFA