La mujer emprendedora enfrenta muchos desafíos en su vida para alcanzar sus propósitos. Tiene una especial capacidad liderando en muchos niveles, porque su espíritu activo y positivo la impulsa a luchar, no temiéndole a los compromisos y asumiendo los fracasos como experiencias de enseñanzas; es una persona que cuando se cae se levanta y vuelve a empezar con más fuerza que nunca; sin embargo, hay ciertas características que la distinguen de mucha gente.
Capacidad de comunicar e intercambiar: una mujer emprendedora posee gran destreza para comunicarse efectivamente con las personas. Sabe expresarse correctamente; pero igualmente sabe callar y escuchar lo que tienen para decir los demás, colocándose en el lugar de los otros, siendo receptiva con esas ideas; además, expresa críticas, siempre desde un punto de vista constructivo, ayudando a las personas que están a su cargo, en el caso de tener un puesto de autoridad; aunque eso se puede aplicar, en todos los aspectos de su vida.
Habilidades persuasivas: proyecta excelentes estrategias al hacer los planes de negocio, de esa forma puede tener el éxito asegurado; el poder de persuasión impulsa a un líder hacia adelante, es una característica que da fortaleza a las mujeres; un estudio realizado en países de América Latina y el Caribe, delegado por el Fondo Multilateral de Inversiones (FOMIN), observó los perfiles, retos y necesidades de las emprendedoras de alto crecimiento; donde la gerente general de esa organización Nancy Lee, aseguró que la mujer es un importante motor que promueve la innovación y reducción de la brecha por sexos.
Claridad para afrontar y asumir riesgos: la mujer emprendedora es idealista y astuta, se preocupa por hacer dinero, pero no se obsesiona. Ella asumirá riesgos, pero estos son calculados, analiza el entorno, diseña su producto o servicio, estudiando la vialidad de sus proyectos; estableciendo unos resultados previsibles para sus actividades, por lo que no se lanzará en un ambiente inseguro; por lo tanto, calcula los riesgos de cada decisión y evita los que sean innecesarios.
Autoconfianza: es otra característica muy particular que identifica a la mujer emprendedora. Tiene absoluta confianza en sus proyectos, posee seguridad en su preparación para enfrentar esas responsabilidades y sacarlas adelante; es algo que está estrechamente relacionado con su autoestima personal, afrontando el resultado, así no sea el esperado.
Persistencia y Tenacidad: una mujer puede ser muy humilde, pero ser la más tenaz, persistente y perseverante, manteniendo su constancia siempre firme hasta alcanzar con su dedicación y esfuerzo todas sus metas. El éxito exige sacrificios, la mayoría de las mujeres emprendedoras, comienzan invirtiendo sus propios ahorros, con gran optimismo, adaptándose a las circunstancias y con una rápida disposición para ajustarse a las nuevas situaciones.
Las mujeres emprendedoras no solo tienen esa capacidad en los negocios y en su vida profesional, también lo hacen a nivel personal, con su familia y en cualquier entorno donde se desenvuelvan. Ellas impulsan sus diferentes planes motivadas por las oportunidades que se le presentan, por muy pequeñas que sean.
ALFA