Cuando el año está por culminar, acostumbramos a tener buenos propósitos para el año nuevo; comenzamos con mente positiva y esperanzas renovadas, una gran cantidad de personas mantiene la creencia de desechar todo lo malo que aconteció y pasar la página para una nueva historia.
Para lograr cumplir una meta o un sueño no basta con cerrar los ojos y desearlo fuertemente, además del buen propósito hay que modificar ciertas conductas y trabajar duro en función de lo que se quiere lograr; la psicóloga educativa del Centro de Psicología de Madrid, María Bustamante, comenta acerca de los objetivos propuestos y cómo levarlos a la realidad lo siguiente, “es fundamental ser honestos con nosotros mismos, ya que sólo se llevará a cabo aquello de lo que realmente estemos convencidos y tengamos capacidad para hacerlo».
Uno de los buenos propósitos más comunes en las mujeres de edad media es el de adelgazar, de corazón está absolutamente segura de que lo hará y que nada ni nadie interferirá en su decisión, pero apuntar en su agenda del nuevo año que sólo desea rebajar unos kilos, no es suficiente; cualquier meta propuesta debe venir acompañada de una plan de programación.
Así que, sí queremos bajar de peso, lo primero es asumir que se debe disminuir la ingesta de alimentos de alto contenido calórico y con la ayuda de un nutricionista comenzar una dieta adecuada, lo segundo es acompañarlo con un régimen de ejercicios, por ejemplo puede establecer los días y el tiempo en que practicará alguna actividad deportiva o acudirá al gimnasio; si su vida es sedentaria, puede comenzar los fines de semana a realizar alguna caminata en un parque y poco a poco incrementar los tiempos y los días de actividad física.
En el caso de los fumadores, que mejor momento para encontrar la fuerza de voluntad para dejar de fumar, analice todos los riesgos que implica el consumo del tabaco, piense más en usted, porque al final el mejor motivo para abandonar este mal hábito es su salud.
Según los expertos, en la lista mental de buenos propósitos se encuentran la de bajar de peso, ir al gimnasio, viajar y conocer nuevos lugares, aprender un nuevo idioma, compartir más con la familia y amigos, leer un libro, dejar de fumar, comer más sano, acudir con más regularidad al médico, casarse, entre muchos otros más, pero lo fundamental es que el objetivo real de los buenos propósitos es la felicidad de la persona que se los plantea, en este aspecto, la doctora Bustamante señala, “la felicidad se trata de una elección de actitud ante los acontecimientos que nos toca vivir y no una reacción ante los logros”.
Modificar un mal hábito es todo un reto, alcanzar una meta requiere de un gran esfuerzo, no ser específico en el planteamiento de los buenos propósitos puede afectar el cumplimiento del mismo, por lo que planifique desde el comienzo y sea específico en lo que desea alcanzar, para sentirse mejor con usted mismo.
ALFA