Una de las mujeres más bellas de Europa fue la emperatriz Eugenie de Montijo, esposa de Louis Napoleón, quien además era considerada una de las mujeres más elegantes del continente. Una de las piezas más famosas de su colección fue un broche de diamantes elaborado en el año 1855 por el joyero parisino Francois Kramer.
El hermoso broche de la emperatriz fue vendido en Louvre por la exorbitante suma de 11 millones de dólares. El broche en cuestión es conocido como “Hojas de Grosella” y estuvo resguardado por 125 años. Es una joya de gran valor histórico y muy hermosa.
Según cuenta la historia, este broche fue encargado por la emperatriz a los Joyeros Bapst, quienes realizaron la mayoría de sus joyas. El diseño de este broche incluye tres hojas de diamantes unidas en el centro por un enorme diamante en talla cojín, que además esta adornado por tres pasamanerías formadas con diamantes de diferentes tamaños de talla antigua.
El complemento de la joya es una guirnalda, un tour de corsage, utilizada como collar, que llevaba sobre el vestido y acompañaba al hermoso broche devant de corsage. Se presume que la antigüedad fue diseñada como hebilla para un cinturón, sin embargo, Eugenie solicito que se convirtiera en un alfiler.
Tras la caída del Segundo Imperio, en el año 1870, Eugenia y su esposo Napoleón III se trasladaron a Inglaterra, dejando gran parte de las joyas de la Corona. Pasados 17 años, el Gobierno de Francia subasto en 1887 gran parte de las joyas de la familia real, muchas de ellas fueron destruidas y otras piezas se vendieron por separado.
En el año 2015, la casa de subastas Chistie´s anuncio la subasta del broche de la Emperatriz de Montijo, estimando su valor inicial en tres millones de dólares. El broche fue adquirido por Tiffany&Co y años más tarde fue entregado a la Ópera Metropolitana de Nueva York como obsequio y tributo a Madam Lucrezia Bori, famosa soprano española, que había cantado en importantes escenarios como en la Escala de Milán.
Lucrezia Bori, debuto en el famoso escenario neoyorquino en el año 1910 interpretando a Monon Lesccaut de Puccini y en su trayectoria con la Ópera Metropolitana de Nueva York realizó 64 apariciones y obtuvo el papel principal de 39 obras. Por su contribución a la sala y sus impecables actuaciones como Mimi en La Bohéme y Violetta en La Traviata, así como por ser la primera intérprete electa en el Consejo de Dirección de la Asociación de la Ópera Metropolitana de Nueva York, le fue obsequiada la hermosa joya perteneciente a la emperatriz Eugenie.
Tras la muerte de Bori, en el año 1960, la cantante en su testamento heredó a la Ópera Metropolitana de Nueva York (MET) la preciosa joya y la misma fue exhibida en las instalaciones, hasta que por la crisis económica que atravesaba la institución fue subastado nuevamente, que según directivos del MET no era esencial para su misión artística, mientras que su venta los salvaría económicamente.
ALFA