Cuando se habla de joyería, es inevitable pensar en el arte materializado en accesorios, y una casa que ha logrado maravillar con su arte es la de Boucheron. Desde sus inicios, esta firma se ha destacado por crear las joyas más sofisticadas, gracias a un trabajo minucioso en el que se mezcla la audacia y elegancia, el cual respalda el sello característico que ha sido plasmado en cada una de sus creaciones.

Los inicios de la historia de Boucheron datan de 1844 en París, cuando un chico de 14 años llamado Frederic Boucheron comenzó a trabajar como aprendiz para el joyero Jules Chaise, quien despertaría su pasión por la joyería; pero este joven terminaría de pulir sus habilidades gracias a su trabajo para el famoso joyero del palacio real, Tixier Deschamps. No obstante, no es sino hasta 1858 que decide crear su propia firma, inaugurando su primera tienda en la galería de Valois en el palacio real en el centro de París.

Pero el estilo e innovación de sus creaciones no tardaría en ser reconocido por el mundo de la alta joyería, y nueve años más tarde ganaría la medalla de oro en la exposición internacional de París, un premio que repetiría en la edición de 1878. Pero estos no serían los únicos reconocimientos que obtendría por su trabajo, ya que en la década de 1890-1900 también participaría en varias exposiciones nacionales en Viena, Amberes y Filadelfia, donde obtendría varias medallas y condecoraciones.

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Uno de los hitos más importantes en la historia de la firma se escribiría en 1893, cuando Boucheron se convierte en el primer joyero en abrir una tienda en la plaza Vendȏme, un lugar considerado como el referente del lujo en París.  Inmediatamente, el número 26 de dicha plaza se convirtió en el sitio más concurrido por la nobleza europea y personalidades de la alta sociedad, atrayendo a una clientela exclusiva como el zar Alejandro III, la reina Isabel de España, la familia real británica, personalidades muy adineradas como los Vanderbilt y los Rockefeller, además de actrices como Greta Garbo, Rita Hayworth, entre otros.

Además de su prestigiosa clientela, Boucheron también se daría a conocer por el aporte al mundo de la relojería, gracias a sus modelos de alta gama que le permitieron cimentar su reputación como “el joyero del momento”. Sin embargo, no sería lo único, ya que su gran amor por la naturaleza le permitiría imitarla con gran fidelidad, siendo el precursor del arte de transformar piedras preciosas en animales y plantas. Entre las piezas más icónicas de la firma destacan: el collar serpiente, el tejido de oro, el reloj reflet, el collar sin cierre “point d’interrogation” y la corona de perlas y diamantes de la emperatriz Alexandra.

Es así como Boucheron ha cautivado por más de 150 años los gustos más exigentes, al crear joyas sofisticadas que rinden homenaje a los tesoros de la naturaleza, y al mismo tiempo, seducen a los apasionados por las piedras y metales preciosos, invitándolos a vivir la pasión por la alta joyería.

ALFA