El amor es un campo de batalla en donde la mayoría de las veces gana el mejor postor y en otros casos el premio es compartido. De esta manera, hacemos un ejemplo alusivo a lo que bigamia se refiere.
La bigamia es el acto en el cual una persona contrae matrimonio por segunda vez estando aún casada. Este estado de matrimonio doble es un delito en los países occidentales y algunas naciones orientales. Es condenado, de acuerdo a las leyes, en los continentes europeo y asiático, específicamente en Asia Central y Oriental; también en América y Oceanía.
Muchas veces, este acto es avalado por quienes creen que es algo normal, oponiéndose, incluso, a las leyes religiosas, como el cristianismo, que lo rechaza totalmente.
Para esas personas, sobre todo hombres, la bigamia constituye un nuevo plan de convivencia, con sentido del amor y aceptación. Claro que, para que esto pueda resultar, se debe despedir de los celos, pues en este combo los roles son compartidos e intercambiados; los tres deben ser felices y correspondidos.
Existen diferentes razones por la cual una persona es bígama. Entre estas destacan: la necesidad de saciar un vacío en su interior y querer llenarlo con más de una compañía y la incapacidad de sentirse satisfecho con la persona que se tiene al lado. Algunos defienden este acto y aseguran que optaron por este método para devolverle la chispa y la pasión a su relación, ya que dicen que acaba con la monotonía, pues siempre habrá algo nuevo que hacer. Por otro lado, se considera que muchos hombres, a causa de su machismo y religión, sienten la necesidad y el derecho de contraer matrimonio dos veces.
Un bígamo puede ser tanto hombre como mujer y en muchos casos la pareja da el visto bueno a la incorporación de una tercera persona en la relación o matrimonio.
El acto de bigamia no es avalado por las leyes divinas ni por las humanas. Sin embargo, a causa del libertinaje de algunas personas, se ha observado cómo algunos han adquirido práctica como estas, generando controversia.
En realidad, aunque ambos acepten la llegada de un tercero, a la larga esto se convertirá en la manzana de la discordia.
Y que sean felices los tres, aunque lo dudo.
Si no es bueno para Dios, para el hombre tampoco debe serlo.
Estaba buscando información sobre este tema, gracias por el “post”.
Es sorprendente cómo la sociedad en su inconformidad crea sus propias leyes. Buen artículo.
Interesante artículo, un tema que sin duda crea controversia.