Toda mujer merece disfrutar de experiencias sexuales plenas, pero con el paso de los años pueden aparecer factores que desmejoran esa sensación, y que en la mayoría de los casos, son causados como consecuencia de la atrofia vaginal. Sin embargo, hay que tener en cuenta que el diagnóstico de esta afección incluye  cuidados indicados para revertirla.

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La atrofia vaginal o vaginitis atrófica es el padecimiento que provoca que las mujeres experimenten sequedad e inflamación vaginal, debido a una reducción de las paredes vaginales y disminución de la lubricación.

Como explica Lola Pérez Jaraíz, ginecóloga del Hospital Quirón San José en España: “la causa principal del padecimiento se relaciona con la disminución en la producción de estrógenos en las mujeres postmenopáusicas, afectando a un 40% de ellas”, pero también puede ocurrir en mujeres después del parto, aunque los casos son significativamente menores.

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Otro de los grupos de riesgo para este padecimiento está representado por las mujeres fumadoras, ya que el tabaco también produce un aumento del metabolismo estrogénico.

Las mujeres que padecen atrofia vaginal experimentan dolor durante las relaciones sexuales, y en muchos casos este es el motivo que las hace acudir a la consulta médica. Otros síntomas relacionados con la enfermedad son: inflamación y quemazón, sensación de calor en la orina, presencia de secreciones blanquecinas, irritación por sequedad de las paredes de la vagina, aumento de infecciones vaginales, sangrado después del coito.

Para el tratamiento de la atrofia vaginal existen dos opciones: la terapia de hormonas y la aplicación de cremas vaginales. Ambos se pueden complementar o en caso de pacientes que no quieran recurrir a la terapia hormonal, las cremas son la mejor alternativa.

La terapia de hormonas consiste en la aplicación de diferentes compuestos, que en condiciones normales, producirían los ovarios.

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Estrona: se trata de un medicamento que estimula la proliferación de la mucosa uterina.

Estradiol: representa el 90% del estrógeno que producen los ovarios de una mujer. La aplicación del estradiol en el tratamiento de la atrofia vaginal debe ser absolutamente manipulado por un especialista, ya que el exceso de la dosis puede estimular una zona precancerosa.

Estriol: Aunque no es tan potente como el estradiol, muchos especialistas suelen recomendarlo por la ausencia de efectos secundarios. La acción principal del estriol es sobre la piel de las zonas erógenas de las mujeres, y por lo general suele resolver el 80% de los casos de atrofia vaginal.

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La elección de cualquiera de estas hormonas depende del estudio individual que el especialista realice del caso de la paciente. Pero de forma general, este tratamiento no se recomienda en mujeres que hayan padecido de cáncer, por el riesgo de un rebrote de la enfermedad.

Por su parte, el uso de cremas hidrantes en la alternativa más accesible y en el caso de las mujeres sexualmente activas estas se pueden complementar con el uso de lubricantes durante la actividad sexual. Este tratamiento se debe utilizar al menos dos veces a la semana.

Como todos los padecimientos, la atrofia vaginal puede presentar síntomas leves o severos, dependiendo del tiempo transcurrido entre la detección y la consulta médica. De ahí la importancia de no subestimar las alertas del cuerpo en esta importante zona femenina.

ALFA