El jade es una piedra maravillosa y muy poderosa en todas sus tonalidades. Cada uno de sus colores transmite efectos positivos a nuestra vida, ya sea sanando nuestra mente, nuestro cuerpo o nuestro espíritu, razón por la que ha sido venerada durante muchos siglos. Gracias a sus innumerables propiedades el jade merece ser exaltado.
Entre todos los hermosos colores que conforman las distintas gamas de jade destaca uno que, aunque no es tan conocido como el jade verde, también guarda muchas cualidades que lo convierten en un gran talismán, y no es otro que el jade lavanda. Esta piedra, por su hermoso color, goza del privilegio de haber sido una de las gemas más utilizadas, en tiempos antiguos, para la elaboración de joyas.
El jade lavanda es una variedad de la jadeíta, y es popular para la creación de distintos accesorios y decoración de objetos. No solo es admirado por su belleza sino, también, por su dureza, lo que garantiza su perdurabilidad. Sin embargo, los usos del jade lavanda no se limitan, únicamente, a la joyería y a los ornamentos, incluso, posee propiedades que abarcan otros ámbitos, sobre todo en lo espiritual y emocional.
Entre los poderes especiales que se le conceden al jade lavanda está el de atraer energía positiva y alejar la ira, pues la ira es un sentimiento que, poco a poco, va marchitando nuestras vidas. Afecta la forma en cómo percibimos las cosas, destruyendo nuestro bienestar y todo aquello que esté a nuestro alrededor, ya sea la familia, los amigos, el trabajo, la pareja; de ahí la importancia de este jade para ayudarnos a sacar la rabia de nuestro ser.
El jade lavanda permite aquietar nuestro espíritu, para así lograr calma, tranquilidad y un buen estado de ánimo; asimismo, es efectiva para calmar la agresividad y, por supuesto, eliminar la negatividad que esto trae consigo. Cuando alejamos la ira de nuestra vida, comenzamos a ver las cosas de manera diferente, y los demás también nos perciben de forma diferente: positivos, agradables, dispuestos a avanzar.
Aunado a esto, el jade lavanda ayuda a equilibrar y armonizar nuestros pensamientos, eliminando las preocupaciones y disminuyendo los niveles de estrés. Se recomienda que, cuando nos sintamos agobiados o intranquilos, sostengamos un jade lavanda en nuestra mano, y así lograremos un estado de serenidad y tranquilidad.
Por estas y muchas otras razones, la gema lavanda es el aliado perfecto para encontrar esa paz interior que siempre necesitamos para afrontar el día a día.
ALFA