Si gusta del arte y si gusta de la naturaleza entonces el bosque de Oma le resultará un divertido lugar a visitar. Su nombre, originario en dialecto euskera, es ‘Omako basoa’, y este hermoso rincón se encuentra en la Reserva de Biosfera de Urdaibai, en la localidad de Kortézubi, en el País Vasco.
El bosque de Oma, más que una obra natural, corresponde a una conexión entre lo humano y la naturaleza, siendo orquestada por la creatividad y mano del pintor, Agustín Ibarrola. Fue entre los años 1982 y 1985 que Ibarrolla ideó transformar el área natural en su más prestigioso lienzo, trazando sus obras contemporáneas del ‘Land Art’ en los troncos de los enormes árboles de la Reserva de Urdaibai.
Figuras geométricas, formas humanas y animales protagonizan las piezas principales de la obra de Ibarrola en el bosque de Oma, que fue bautizado de tal manera debido al valle donde se encuentra. No muy lejos de ahí podrá encontrar la antigua residencia del propio artista, quien en el bosque de Oma logró concebir una idea animada de la relación entre la naturaleza y la presencia del ser humano.
Maravillado por los pinos, robles y castaños, Ibarrola logró transformar el paseo por el bosque de Oma en un encuentro entretenido, ideal para disfrutar en pareja o en familia. Para visualizar las diferentes figuras que trazó el artista existen ciertos juegos de percepción que realizar, por lo que en el trayecto existen flechas en el suelo que ayudan a los visitantes a observar los artísticos troncos. Esto le ha hecho calificar como una muestra original y diferente.
Justo en la entrada podrá encontrar un mapa que le indica a los visitantes los lugares de las diferentes 47 obras de Ibarrola. Pero primero, resulta importante conocer cómo llegar. Quien se traslada en automóvil particular solo deberá tomar la carretera que une a Gernika y Lekeitio. El primer tramo se identifica como BI – 635 y el segundo a tomar como BI – 2238. Justo antes de entrar a Kortezubi, podrá ver una desviación a la derecha, identificada con el indicador de Cueva de Santimamiñe. Tomado el desvío, identificado como BI – 4244, deberá continuar el camino hasta llegar al caserío y restaurante Lezika. El resto del trayecto se sigue a pie. El tramo es algo empinado por lo que deberá llevar calzado apropiado para recorrer los 40 minutos de subida hasta poder llegar al bosque de Oma.
Si gusta de más exploración, una vez finalizado el recorrido del bosque de Oma puede aprovechar para conocer otro importante atractivo: la Cueva de Santimamiñe. Lo interesante de este lugar han sido sus hallazgos arqueológicos. Restos de vida humana y pinturas rupestres que datan del Paleolítico Superior, específicamente del periodo Magdaleniense, entre hace unos 14.000 y 9.000 años antes de Cristo. Para el País Vasco, la Cueva de Santimamiñe resulta un ícono de su cultura como patrimonio prehistórico, incluida dentro del Patrimonio de la Humanidad desde julio del año 2008.
ALFA