Viernes, 11 de diciembre de 2015. El pueblo Argentino dice adiós a los 12 largos años de gobierno Kirchnerista este jueves 10 de diciembre de 2015, al Mauricio Macri; recibir formalmente su investidura como nuevo presidente de Argentina, tras ser elegido el pasado 22 de noviembre del presente año. Dicha investidura fue simbolizada en el momento en el que el nuevo presidente recibió la banda presidencial y el bastón de mando, como lo exige la tradición de dicho País.

Como era de esperar, debido a los conflictos políticos que han venido surgiendo; la ahora antigua presidenta Cristina Fernández de Kirchner no se hizo presente en el acto protocolar, siendo despedida con llantos el pasado miércoles nueve de diciembre de 2015; tras haber gobernado por ocho años (2007-2015) y sumado a los cuatro que le antecedieron como primera dama de su esposo Néstor Kirchner (2003-2007).

Sin embargo, esto no fue motivo para opacar el acto solemne; en que el nuevo presidente con mucho optimismo, se dirigió a los argentinos mediante un discurso breve para confirmar sus deseos de trabajar en pro de los ciudadanos.

Corroboró una vez más que está decidido a trabajar por la unidad que esperan todos, sin importar hacia qué bando se sientan inclinados cada uno de los individuos que conforma dicha sociedad. Mencionó de manera muy elocuente que la diversidad de opiniones enriquece al País y los convierte en mejores personas.

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Sin una pizca de temor, Macri refirió que es necesario dejar atrás todo vestigio de prepotencia; y que hacer uso del poder en beneficio propio va en contra de la Ley, lo que como consecuencia siempre genera opresión y descontento por parte del pueblo.

Una vez más, aseguró que luchará por eliminar la pobreza; y que para ello, piensa establecer programas de protección social dirigidos a los jóvenes, invirtiendo en la educación pública; ya que el conocimiento garantiza el progreso y desarrollo.

Como estos, la nueva presidencia tiene numerosos proyectos dirigidos a mejorar la calidad de vida de este País de América del Sur, entre los que resaltan también, eliminar la corrección institucional que tanto daño hace en el intento de dirigir a un país por muy democrático que sea.

De esta manera, Argentina se viste de alegría y optimismo; propios de un proceso democrático donde el pueblo ejerce su derecho al voto, escogiendo a su mandatario. Así que, dejando de lado las estadísticas y los números; y después de un acto tan significativo, Macri a los 56 años de edad recibe formalmente el mando de su País.

Como todo país independiente y autónomo, las páginas de la historia se siguen escribiendo ahora con Mauricio Macri como nuevo presidente; teniendo como espectadores primeramente a sus súbditos argentinos, y en paralelo, a todo el escenario universal; esperando ver cumplidas tantas promesas en medio de esta crisis mundial que enluta el panorama.

ALFA