En ocasiones pueden ser sensuales o vulgares, grandes o pequeños; quizás logren pasar desapercibidos o incluso hacernos famosos. Para algunas personas, los lunares son elementos que adornan la piel, marcas naturales de belleza, sobre todo si están estratégicamente ubicados en el cuerpo; mientras que para otras, crean cierta preocupación debido a que pueden transformarse en tumoraciones cancerosas. No cabe duda que los lunares hablan bien o mal de nosotros, de nuestra genética y hasta del cuidado que le damos a la piel.

Los hay comunes, como los que se estacionan en el cuello, la espalda o los brazos; los familiares, esos que tiene el abuelo, papá y el hijo. También están los malignos que cambian de color, aspecto e incluso presentan ardor y picazón. Aunque la mayoría de las personas tienen de 10 a 12 lunares desde su nacimiento, la mayor parte de ellos van brotando a través del tiempo; siendo la etapa adolescente cuando más salen, debido a la transformación por la que pasa el cuerpo; tomando en cuenta que la exposición solar excesiva puede ocasionar la aparición de más lunares en la piel, pero realmente, ¿qué son los lunares?, ¿cómo saber si son malignos?, ¿cuál es el aspecto que debe tener?

Estas y muchas interrogantes surgen después de notar un nuevo lunar en nuestro cuerpo, ¡sí!, es motivo de preocupación, pero no se alarme; porque los lunares también conocidos como nevos, son formaciones cutáneas generalmente de color marrón oscuro o negro, con una medida de cinco milímetros de ancho aproximadamente, planos o voluminosos, lisos o verrugosos y en ocasiones con pelo.

En su mayoría los lunares son innocuos y no tienen que ser exterminados, pero evalúe bien esa marca de belleza porque a partir de lunares no cancerosos puede constituirse un melanoma maligno. Por ello, le recomendamos que si observa alguna anomalía, aumento,  inflamación,  cambio de color, sangrado, picor o dolor, es momento de acudir a un especialista.

Únicamente cuando se está muy seguro en que el lunar no corre ningún riesgo de malignizarse y se quiere eliminar por estética, porque no le agrada o se siente incómoda; puede utilizarse la técnica láser para eliminarlo, aunque en esos casos los dermatólogos optan por trabajar con el sistema convencional de cortar y coser.

Pequeños, grandes, atractivos, seductores o poco estéticos; los lunares forman parte de su dermis, por lo tanto necesitan los mismos cuidados que le ofrecen a su piel; sobre todo si están presentes en el rostro, cerca de los ojos o boca, ya que la frecuente exposición a los rayos ultravioletas hacen que puedan presentar síntomas no comunes.

Recuerde que la piel es el órgano más grande del nuestro cuerpo, pero también el más expuesto; así que cuídela, manténgala saludable y evite el exceso de rayos solares; impidiendo de este modo la aparición de manchas o lunares que puedan convertirse en un grave problema; y si usted es de las que tiene más de cien en su cuerpo, ¡entonces lúzcalos!, y cautive con estas sensuales marcas.

ALFA