En un mundo cada vez más tecnificado, la tecnología está presente en casi todos los aspectos de nuestras vidas, transformado nuestra manera de vivir, brindándonos simplicidad y comodidad. A tal punto, en que difícilmente podríamos vivir sin ella, haciéndose imprescindibles en nuestros hogares, oficinas, escuelas y cada rincón del mundo. Inventos como: la bombilla, televisores, lavadoras, el automóvil, el avión, teléfonos móviles, sistemas satelitales y un muy largo etcétera, engrosan la lista, de todo lo que el hombre ha ingeniado, para suplir sus necesidades.
Sin embargo, existe un invento que es considerado como el más grande del siglo XX y el que más ha tenido influencia en nuestras vidas, conocido por todos como internet. El mismo, ha logrado conquistar, a miles de millones de personas en todo el mundo, por su simplicidad y versatilidad de usos, abriendo nuevos horizontes en la satisfacción de nuestras necesidades, pero su principal desventaja, es que ha creado dependencia en nosotros, hasta el punto en que, mientras más nos conectamos, más nos aislamos. Por ello, conviene preguntarse ¿somos amos o esclavos de la tecnología?
Para obtener la respuesta, basta con evaluar lo que hacemos con el internet, para comprender su impacto en nuestra vida. Nos conectamos a ella desde el móvil, la computadora o desde una tableta; en hogares, el trabajo y la escuelas. Ya seamos niños, adultos o ancianos, invertimos gran parte del tiempo para: hacer investigaciones, descargar de contenidos, enviar y recibir mensajes, comunicarnos en tiempo real, hacer compras, consultar noticias, entre otros. Pero ¿Qué tanto nos beneficia la conectividad? Y ¿cuantas experiencias, dejamos de vivir junto a nuestros seres queridos, por estar conectados a internet?
Es allí, cuando comprendemos que sutilmente, nos hemos convertido en esclavos de la tecnología y que el problema podría agudizarse, en el futuro. Ya que, la tendencia creciente, es la conectividad de todas las cosas a internet.
Así mismo, podrían surgir nuevas tecnologías con un efecto similar, ya que estamos en un mundo, en constante cambio y en el que cada día tendremos nuevas necesidades. Por lo cual, toda la tecnología existente, seguirá desarrollándose y avanzando más, hacia una evolución impredecible, que podría crear más dependencia de ellas. Es por ello, que debemos tomar medidas en el presente, para no seguir cometiendo el mismo error.
En primer lugar, tengamos en cuenta, que la tecnología no es mala, pero hay que saber usarla, como un medio para vivir la vida y lo que realmente importa, disfrutando de ella sin ser sus esclavos. Démosle un uso adecuado y equilibrado, limitando el tiempo que le dedicamos; por ejemplo: a las redes sociales, e internet y dediquémosle más tiempo a la familia y a los amigos, interactuando con ellos cara a cara, sin dejar pasar, esos momentos que tanto nos llenan y que nunca podremos recuperar, si seguimos haciendo lo mismo. Vera como ellos lo agradecerán y usted se sentirá mejor consigo mismo.
Así mismo, usted debe preguntarse ¿soy esclavo de la tecnología? Y ¿realmente estaré dispuesto a cambiarlo?
Buen artículo, yo creo que debemos empezar, por aceptar que la tecnología estará siempre presente en nuestras vidas, pero lo que podemos hacer es alertar a los nuestros de las consecuencias, que trae el mal uso de ellas y la importancia del uso adecuado.
Excelente artículo para reflexionar. Coincido en que debemos recuperar la comunicación y el contacto físico, equilibrando el tiempo entre el mundo real y el mundo virtual.
Buen articulo y estoy totalmente de acuerdo, ya que mientras más nos conectamos del mundo más nos aislamos, perdiendo de vista la vida y todo lo que nos rodea. Si tomamos conciencia de eso y actuamos seremos más felices.
Excelente artículo, si bien no concebimos nuestra vida sin la tecnología, coincido en que debemos actuar en el presente, antes que podamos hacernos más dependientes de ella y perdernos la esencia de la vida.
Excelente articulo y muy acertado, en mi opinión cada día somos más dependientes de la tecnología en todos los ámbitos de la vida, pero hay que equilibrar su uso y dedicarle tiempo de calidad a la familia y amigos.