Conocida durante el siglo XV o su “Siglo de Oro” como uno de los centros económicos más importantes del mundo, hoy en día Amberes es la segunda ciudad más importante de Bélgica después de su capital, Bruselas. A pesar de ser una ciudad pequeña, Amberes está llena de edificaciones monumentales, arte y una excitante vida nocturna, animada por los cientos de estudiantes que habitan la ciudad.

Para la mayoría de los turistas, la visita a Amberes forma parte de un plan que incluye otras ciudades de Bélgica, por lo cual, todos llegan a esta encantadora urbe desde Bruselas y Brujas a través de los diferentes medios, en una ruta terrestre que demora 40 minutos.

Una vez en Amberes empieza la magia. Desde la estación de trenes, todos los turistas se dirigen—a pie en un trayecto de 15 minutos—al centro de la ciudad, que se reconoce por la plaza Groenplaats; un espacio imponente, por lo general lleno de estudiantes y turistas y en donde esta una de los lugares más visitados: la estatua del personaje más promitente de la ciudad, el artista Peter Paul Rubens.

Para conocer más del artista plástico, es necesario visitar el Museo de Rubens; su casa hasta los 29 años y un espacio convertido en museo desde 1946 para la exhibición de gran parte de sus obras

Justo al lado de la plata la Groenplaats está el símbolo de la ciudad y un lugar que nadie puede pasar desapercibido; se trata de la Catedral  de Amberes, una estructura gótica de 123 metros de altura y que hoy en día es la más grande del país y una de las más importantes de Europa.

Una de los atributos que da importancia histórica a Amberes, dentro de Europa, es la presencia del río Escalda que ha hecho que la ciudad funcione como uno de los puertos más grandes del continente. El Escalda atraviesa la ciudad y encontrarlo no representa ningún reto.

Después del recorrido histórico reglamentario, la mejor forma de conocer el Amberes moderno es yendo a la calle Oude Koornmarkt. Es la calle más moderna de la ciudad, llena de tiendas, pero sobre todo de bares y restaurantes para todos los gustos y presupuestos. En la mayoría, vale la pena detenerse por una cerveza típica belga y por plato de mejillones y patatas, el más tradicional del país.

Otras de las características que hacen que Amberes sea reconocida a nivel mundial es por el trabajo industrial que se realiza con el diamante. Desde el siglo XV la ciudad se dio a conocer como una de las procesadoras y talladoras más importantes de esta piedra preciosa. En el barrio del diamante, cercano a la estación de trenes hay decenas de joyerías con todas las piezas que se puedan imaginar hechas con estas piedras; un dato importante es que debido a la oferta los precios son bastante competitivos. En esta zona también se encuentra el Museo Del Diamante, en donde están expuestos todos los detalles de esta próspera industria.

Además de todo el encanto y estilo que caracteriza la ciudad, esta se ha convertido en un centro de visita frecuente para estudiantes y turistas, quienes acuden atraídos por su creciente fama como capital de la moda y por su escuela de Bellas Artes, dedicada a formar profesionales dedicados a la industria textil.

ALFA