Una de las deidades de la mitología japonesa más importantes es Amaterasu, hija de los dioses creadores del mundo, hermana de Susano y Tsukuyomi, es quien ilumina el universo. Era amada por todos, siempre se encontraba rodeada de doncellas que le ayudaban a realizar sus tareas, sin embargo, un incidente ocasionado  por Susano le hizo que la hermosa diosa perdiera su luz, acompáñenos a conocer esta interesante leyenda.

Cuentan, que el padre de sus hermanos fue quien les dio sus poderes, Susano al no quedar conforme retó a su hermana, la cual ganó la discusión. Enfadado este se embriagó, descontrolado se encargó de destruir por completo los campos de arroz de la diosa, obstruyó los canales, incluso, arrojó desecho de animales dentro de cada templo y el palacio, le quitó la vida al potro del cielo y lo lazó en la habitación de la diosa, donde también se hallaban las doncellas que le ayudaban, que fueron atravesadas por las astillas con las que cocían.

Amaterasu al enterarse de tal acontecimiento y contemplar toda las aberraciones que hizo su malvado hermano, devastada se encerró en una cueva, la cual selló con una enorme roca. Desde ese momento el mundo como se conocía quedó hundido entre las tinieblas los demonios salieron y cada cosecha, planta, vida se fue marchitando.

Los dioses decidieron reunirse frente a la cueva donde yacía la diosa. Mientras pensaban en una solución, el dios de la inteligencia saltó tras concebir una idea que lograría hacer que Amaterasu saliera. Todos los dioses se sentaron frente la entrada de la cueva y colocaron un espejo frente a ella, mientras la diosa de la danza bailaba y haciendo un ritmo con sus pies, los otros dioses se encargaron de hacer ruidosos aplausos, risas y gritos de emoción.

Amaterasu extrañada por el alboroto que se escuchaba afuera decidió ir a ver que sucedía, se asomó por la roca y le preguntó a alguien cercano, este le respondió contándole que había una nueva diosa en el plano celestial, Amaterasu perpleja le pregunta quien era ella, el dios le señaló el espejo que habían traído, la diosa salió, observó su reflejo y quedó asombrada de su ser, ya que, nunca había visto tal brillo. Mientras la diosa estaba distraída los dioses rápidamente obstruyeron la cueva con la roca. Y lograron convencerla.

Al volver, todo se restauró volviendo a la normalidad. La diosa envió a su nieto para calmar el resto del país y su bisnieto se convirtió en el primer emperador de Japón, quien les dio inicio a las dinastías imperiales. Después de que todo se restauró Susano fue desterrado del cielo por sus cometidos. El dios se fue a una región lejana con remordimiento, tuvo una batalla con una imponente serpiente y consiguió de ella una hermosa espada.

Tras ganar la batalla pensó que la espada sería un buen regalo para hacer las paces con su hermana y pedir perdón. Susano regresó al cielo y se la entregó, Amaterasu le perdonó y lo dejaron volver al Palacio.

ALFA