En la mitología Romana se asociaba con el Dios Mercurio, el mensajero de los dioses y las diosas de los viajes. De ahí en adelante se le ha considerado la protectora de los viajeros. Se encuentra principalmente en el mar rojo y su hallazgo ha contribuido a la economía de los Faraones Egipcios.
La reina Cleopatra la usó para buscar en ella la juventud y la belleza eterna y la llevaba con ella junto a su piel todo el tiempo.
En el Nuevo Mundo fue una fuente rica en esmeraldas. Muchas fueron robadas a los incas y los indios americanos. Ellos creían que neutralizaban venenos y por eso mismo fue una de las gemas más preciadas por reyes y nobles del Renacimiento.
Se dice que los ojos cansados pueden ser curados observando el verdor de la esmeralda y aun en nuestros días se utilizan pequeños fragmentos de esmeralda incrustados en los ojos.
Beneficiosa para la cólicos, problemas biliares, estomacales y de páncreas. También para trastornos renales y de corazón, el sistema nervioso y muy útil para el dolor de cabeza.
Entre las propiedades mágicas podemos encontrar que es símbolo de la esperanza y la abundancia. Significa orden divino y espiritual en altos grados.
Es la piedra de la intuición por excelencia según los griegos y estimula la percepción de los sentidos incrementando la inteligencia y la memoria. Estimula el buen juicio y el carisma, la personalidad y el sentido común. Rige los chakras del corazón y la coronilla.
Si es de tono oscuro es para el signo Cáncer, Escorpio y Tauro. En color claro va con Libra, Acuario y Capricornio.
ALFA