Existen muchas alternativas que ayudan a superar una traición amorosa, entre ellas tenemos los sentimientos de orgullo y dignidad; ambas juegan un papel fundamental en ese período de olvido y valoración propia. Como sabemos, no todas las mujeres afrontan una decepción de la misma manera, encarar esa dura verdad en la que descubrimos que esa persona con quien compartíamos bellos momentos, sueños, secretos y el deseo de querer comernos al mundo, ¡nos mintió!; desplomándonos en un estado profundo de depresión e incertidumbre.
Muchas mujeres para sobreponerse ante esta fuerte situación, optan por hacer del orgullo su mejor amigo; mientras que otras finalmente reconocen el valor que tienen defendiendo su dignidad. Ahora bien, ¿cómo podemos saber si estamos abogando por la alternativa correcta?
Para esto, es necesario definir cada una. Cuando nos referimos a orgullo, hacemos énfasis en poner el rencor como sentimiento capaz de enfrentar cualquier debilidad; sin estar completamente conscientes del valor que tenemos como mujer. En cambio, cuando ya damos un alto a la humillación y reconocemos el respeto que merecemos; entonces hablamos de dignidad.
En este sentido, el primer paso para superar una ruptura a causa de infidelidad, es hacerse valer como persona. Es transcendental comprender que no tenemos por qué soportar una traición y más cuando hemos puesto todo de nuestra parte para que la relación marche bien. Cuando hay amor, no existen dudas, no se atormente con el pensamiento enfermizo ¿por qué lo hizo?; pues se quedará estancada y permanecerá en ese estado de suposiciones. Es importante aceptar con dignidad, que si esa persona buscó satisfacerse en otros horizontes, es porque en usted no encontró su norte, y es mejor cerrar ese ciclo.
Esto igualmente, puede ser consecuencia de un mal manejo de afectividad y de inseguridades por parte de ambos durante la relación. Si este es el caso, ¿usted estaría dispuesta en perdonar? Todos en esta vida merecen una segunda oportunidad, siempre y cuando se evidencie arrepentimiento de quien falló; tratando de remediar el error para recuperar con intenciones sinceras el amor que perdió a causa de su traición.
¡La decisión la tiene usted! Podemos citar un fragmento muy cierto publicado en un artículo del blog sermejorpersona.com: “no puedes culpar a nadie por hacerte sufrir, porque ese poder es tuyo y solo tú tienes la decisión de elegir si querer salir o permanecer en ese estado de depresión”.
Por lo tanto, no hablemos de orgullo, hablemos de amor propio; que sea ese sentimiento el que nos mueva en querer experimentar una verdadera relación basada en respeto y confianza. Superar una traición si es posible, la dignidad debe opacar el orgullo; porque en realidad esto es sinónimo de debilidad. Debemos concebir que para ser felices, primero tenemos que aprender a valorarnos como mujer.
ALFA