Jueves, 21 de enero de 2016. El declive económico engrosará la tasa de desempleo mundial este año, sumando a la fila de desocupados unos 2,3 millones de personas. Según un informe emitido este martes por la Organización Internacional del Trabajo (OIT), los países de escaso desarrollo serán los más afectados; debido a que cuentan con economías emergentes. Mientras que en los países donde la economía es más avanzada, se espera que los niveles de desempleo aumenten ligeramente.
De acuerdo con esto, la OIT, perteneciente a la Organización de las Naciones Unidas (ONU); prevé que en los países de renta alta, el número de desempleados se ubicará este año en 46,1 millones, una cifra alarmante aunque se ubique por debajo de los 46,7 millones al año pasado. Esto se debe a que los esfuerzos realizados fueron no suficientes para colmar la falta de empleo generado por la crisis económica del año 2008.
No obstante, el cuadro más preocupante para la OIT; es el de las economías emergentes, en las cuales el desempleo podría subir a 2,4 millones de personas este año e incorporar a 1,4 millones en el transcurso del año 2017. Estas lamentables estadísticas se deben en gran manera, a la baja producción de materia prima y el consecuente empobrecimiento del mercado laboral en países como Asia, América Latina, África y árabes.
Por otro lado, esta misma organización estima que el subempleo adoptará la forma de trabajo temporal o a tiempo parcial involuntario; especialmente en la población femenina. También agregó que de continuar esta crisis económica mundial, el número de trabajadores vulnerables aumentará a 24 millones en los próximos años, un 46% del total de empleo mundial.
Consecuentemente, la falta de empleo traerá consigo mayor inestabilidad social y económica. En países donde los trabajos mal remunerados abundan, las personas se han visto obligadas a consumir menos y, por ende, las inversiones se han debilitado; lo que ha generado un impacto negativo en el crecimiento económico.
Asimismo, la desigualdad de ingresos seguirá ampliándose, por ejemplo, solo un 10% más rico de la población devengará entre el 30% y el 40% de total de ingresos; mientras que el 10% más pobre ganará apenas entre el dos y siete por ciento.
Todo lo anterior, igualmente ha traído consigo una creciente desconfianza en los Gobiernos; creando mayores conflictos sociales, particularmente graves para el sector juvenil. Ante esto, muchos profesionales jóvenes han salido de su país natal en busca de una mejor calidad de vida; migrando una mano de obra altamente calificada, que a la vez perjudica otros sectores laborales.
Sin embargo, la OIT sostiene que aunque las tendencias no son nada halagüeñas, el panorama mundial pudiera mejorar si se abordan las debilidades subyacentes; en especial las relacionadas a la demanda de mano de obra calificada, el estancamiento de la zona euro, la difusión del mercado financiero y la creación de nuevos empleos.
ALFA