Jueves, 07 de enero de 2016. El año 2015, cerró con cifras de crecimientos económicos realmente decepcionantes; esto como resultado de un conjunto de factores negativos que se sumaron. Aunque los informes aún no se han publicado, no hay duda en que el balance financiero estuvo más complicado que en el año 2014.
De acuerdo con un informe emitido por la compañía estadounidense “Bloomberg”, entre esos factores se destacan el fin de la política monetaria expansiva de Estados Unidos y la falta de inyección de divisas; lo que acarreó un alza en la tasa de intereses de la Reserva Federal (FED), el estancamiento de Japón y la caída del precio del petróleo.
En cuanto a los grandes mercados mundiales, un estudio señala que, mientras que los mercados desarrollados presentaron comportamientos dispares; los mercados emergentes terminaron el año con pérdidas significativas. Por ejemplo, China presentó un ritmo de crecimiento lento en comparación con los últimos 25 años; aunque el crecimiento del producto interno bruto se mantuvo estable.
Sin embargo, la India tuvo un crecimiento económico más acelerado de lo previsto. Rusia, por su parte, se vio en picada aunque no tocó fondo; mientras que Brasil se vio acorralado por la caída en los precios de productos básicos debido a disturbios políticos, escándalos de corrupción y una subida en el déficit presupuestario.
No hay que dejar de lado los desequilibrios geopolíticos, como las guerras de Siria, Yemen y Libia; los problemas entre suníes y chiíes; el conflicto de palestina; el trance religioso de Nigeria, principal productor de petróleo en África; la división de sudan; el desplome institucional de Somalia, y la triste odisea de los millones de refugiados.
En medio de todo esto, el euro cayó un 10% con relación al dólar; mientras que este último se remozó un nueve por ciento con referencia a la cesta de monedas de referencia. Según los expertos, en el 2016 el dólar se fortalecerá otro cuatro por ciento; marcando una nueva estructura monetaria internacional.
Dentro de las cinco monedas más negociadas mundialmente, que tuvieron un comportamiento caótico; figuran el rand sudafricano, la lira turca, el rublo y el real brasileño; con pérdidas de hasta 48,49% frente al dólar. Ante todo este desequilibrio económico durante el 2015, se estima que no hubo una recuperación significativa ante la crisis económica mundial desatada en el 2008. Muchos países se niegan a reconocer este hecho, lo que vaticina un posible retorno a ese trance.
Lo anterior no sorprendió al Fondo Monetario Internacional y al Banco Mundial, porque según sus cálculos los países desarrollados solo crecieron un 2,2%; mientras que países latinoamericanos sufrieron caídas del -0,3% debido a la baja en el precio del petróleo y materia prima. En esa misma línea de argumentos, estos organismos consideran que en el 2016 los resultados serán igual de decepcionantes; pero esta vez marcados por una baja productividad, envejecimiento de la población de países como China, y consecuencias de la crisis financiera actual.
ALFA