La unidad familiar representa la base de la vida; de ella depende el andar bien en el día a día para enfrentar como un equipo los problemas que se presentan. Por lo que mantener la armonía en el hogar es fundamental para la felicidad, pues esta filosofía representa una estabilidad emocional y psicológica para todos los miembros del núcleo familiar, desde los más pequeños a los más grandes.
Lo primero que debe hacer es preguntarse si su hogar es su santuario ¿Es el lugar al que desea llegar? ¿Qué sensación le produce, paz o estrés? ¿Qué es lo primero que hace al entrar? ¿Quisiera que fuera otro? ¿Qué hace para lograr el lugar que desea?
Después de respondidas estas preguntas, logrará saber si su hogar se encuentra en armonía, o por el contrario, debe hallarla inmediatamente. El lugar debe ser ese espacio especial donde todo es justamente como le gusta, desde el color de las paredes, hasta los muebles y accesorios.
Esta sensación de paz y tranquilidad al entrar y dejar la oscuridad del mundo exterior afuera, es lo que hace que su vida sea más saludable y obtenga el balance que tanto necesita. Su hogar debe sentirse cómodo para habitarlo y para los invitados, una armonía que se construye con el respeto y el aporte de cada uno de los que allí comparten.
Si no es así, debe saber que hay cosas desorganizadas, objetos y energías que están de más y que debe aprender a dejarlas de la puerta para afuera para no contaminar el bienestar de su espacio.
Para mantener la armonía en su hogar debe visualizar el santuario que usted desea, qué elementos desea que tenga y qué no; qué actitudes, actividades y energías contiene y qué olores, colores y sonidos lo complementan; todo forma parte de la armonía.
Limpie su hogar profundamente, bote a la basura y todo lo que no sirva y quiera dejar atrás. Pinte las paredes e ilumine su hogar, la claridad da luz a su vida; el blanco es el color ideal para la paz y la tranquilidad que puede necesitar, pero elija los colores que le otorguen esa misma sensación.
Si tiene proyectos sin terminar, conclúyalos o deséchelos; esto provoca una reacción positiva en el aspecto psicológico. Organice el hogar y las tareas diarias, es normal y beneficioso que los niños colaboren en los quehaceres del mismo, así le inculcará valores de responsabilidad y colaboración.
Dé espacio para la recreación familiar, comer en los horarios correspondientes en la mesa para compartir intereses, situaciones diarias, consejos y éxitos. Es necesario controlar los niveles del volumen del televisor o la radio y dar espacio a una fuente para que el sonido del correr del agua sea la música de ambiente de su santuario.
Es necesario apartar el tiempo de la agenda para planear cualquier transformación, un hogar armónico requiere la intervención de toda la familia. Una buena comunicación es fundamental para lograr equilibrar los intereses, no está de más una opinión externa que ayude a crear este plan, para así disfrutar de un espacio único.
ALFA