Los poderes de protección otorgados por el Jade fueron descubiertos por los indígenas Mesoamericanos varios años a.C. Dichos conocimientos han perdurado con el paso del tiempo, al punto de considerarla hoy como una piedra sagrada, dotada de maravillosas gracias y diseñadas para resguardar el cuerpo y el alma de todo aquel que la use, sin importar que esta persona este cursando por sus años de oro.
Esta piedra tiene una potente conexión con tres de los chakras que encierra nuestro ser y denominados como núcleos energéticos que funcionan para regular nuestro espíritu y organismo. Por ello hacer uso de esta roca contribuirá positivamente con los tantos cuidados que se deben tener durante el período vital.
Al comunicarse con tres puntos energéticos, el Jade tiene la capacidad de nivelar las fuerzas internas, además de liberar los sentimientos negativos que enferman el alma, los cuales a veces permitimos que se estanquen en nosotros, siendo letales después de los 50 años. No obstante, están las afecciones que se desarrollan generalmente a esta edad; una de ellas es la perdida de la visión, conocida como cataratas. De igual forma, la retención de recuerdos o información empieza a deteriorarse, en los casos más severos se puede perder el completo conocimiento de sí mismo.
Bajo estas circunstancias la energía del Jade se unifica con el chakra del tercer ojo, ubicado en el centro de la frente. Quienes deseen activar sus facultades curativas, deben realizar meditaciones de 15 minutos diarios colocando la piedra en ese sitio; con esta técnica será posible prevenir y sanear este tipo de enfermedades.
El órgano más vulnerable a esta altura de la vida es el corazón, que a su vez, es indispensable para el cuerpo. Los desniveles de la tensión y el flaqueo circulatorio, así como las arritmias y bradicardias (palpitar acelerado y desacelerado) son efectos del mal funcionamiento de esta bomba. Al igual que la situación anterior, el Jade como terapia alternativa ejerce su fuerza para solventar estos males, pero esta vez es trasmitida por el chakra situado en la parte central del pecho, denominado con el mismo nombre de nuestra fuente de vida. El procedimiento para hacer que funcione es similar al del otro chakra, con la diferencia de que la piedra debe ir justo a mitad del tórax.
Aunque la edad no es protección ante la posibilidad de alojar infecciones, cuando se llega a un período muy adulto nuestro sistema linfático efectúa su cometido con una eficiencia inferior a la de hace 30 años. Por ello, es fácil que los agentes contaminantes ingresen a nosotros. El chakra indicado para evitar estas apariciones contraproducentes es el umbilical, cuya posición la encontramos debajo del ombligo. Siendo ese el lugar donde deberá ir el Jade durante el apartamiento. Este escudo energético es fundamental en la tercera edad, debido a que brinda una ayuda natural; pero sin dejar de lado, la medicina tradicional y la orientación medica.
ALFA