Resistencia a la insulina: La insulina es una hormona producida por el páncreas que ayuda a que la glucosa en la sangre entre a las células de los músculos, grasa e hígado, donde se usa para obtener energía. La glucosa proviene de los alimentos que una persona consume. El hígado también produce glucosa cuando el cuerpo la necesita, como cuando una persona está ayunando. Cuando los niveles de glucosa en la sangre, también llamada azúcar en la sangre, aumentan después de comer, el páncreas libera insulina en la sangre. La insulina entonces reduce la glucosa en la sangre para así mantenerla en el rango normal.

Resistencia a la insulina: ¿Quién puede tener esta afección?

Todas las personas pueden presentar resistencia a la insulina. En particular, quienes tienen sobrepeso corren un mayor riesgo en comparación con la población general. El riesgo aumenta aún más si tienes antecedentes familiares de diabetes tipo 2; eres mayor de 45 años; tienes ascendencia africana, latina o indígena estadounidense; fumas o tomas ciertos medicamentos, como esteroides, antipsicóticos y medicamentos para el virus de la inmunodeficiencia humana. También hay otras afecciones asociadas a la resistencia a la insulina, como la apnea obstructiva del sueño, la enfermedad del hígado graso, el síndrome de ovario poliquístico, el síndrome de Cushing y los síndromes de lipodistrofia, un conjunto de afecciones que causan una pérdida anormal de grasa. Por lo tanto, tener demasiado o muy poco tejido graso en el cuerpo puede deberse a la resistencia a la insulina.

Resistencia a la insulina: ¿Cuáles son los síntomas?

En general, las personas que tienen resistencia a la insulina no presentan ningún síntoma, por lo que esta afección suele detectarse durante un examen de salud anual o a través de un análisis de sangre de rutina. Hay algunos signos de la resistencia a la insulina a los que el médico puede prestar atención, como una cintura que mide más de 40 pulgadas (unos 100 cm) en los hombres y más de 35 pulgadas (unos 90 cm) en las mujeres; fibromas blandos o zonas de piel oscura y aterciopelada (lo que se conoce como acantosis nigricans)

una lectura de la presión arterial de 130 sobre 80, o superior; un nivel de glucosa en ayunas de 100 miligramos por decilitro o superior; un nivel de glucosa en la sangre de 140 miligramos por decilitro o superior después de la prueba de carga de glucosa; un nivel de hemoglobina glucosilada A1c del 5,7 % al 6,3 %; un nivel de triglicéridos en ayunas superior a 150 miligramos por decilitro; o un nivel de colesterol de lipoproteínas de alta densidad inferior a 40 miligramos por decilitro en los hombres e inferior a 50 miligramos por decilitro en las mujeres.

Resistencia a la insulina

Resistencia a la insulina: ¿Cómo se diagnostica?

Si el médico detecta estos síntomas, es probable que te haga un examen físico de seguimiento y te indique varios análisis de sangre que miden los niveles de glucosa, o azúcar, en la sangre y la tolerancia a dicha glucosa. O bien, puede indicarte un análisis de sangre más reciente llamado prueba de hemoglobina glucosilada A1c.

¿Cómo se trata?

Es posible revertir la resistencia a la insulina y prevenir la diabetes tipo 2 con cambios en el estilo de vida, medicamentos o ambos en algunos casos. Los cuerpos saludables presentan diferentes formas y tamaños. Bajar de peso con métodos drásticos puede ser peligroso y contraproducente. En su lugar, consulta a un médico o nutricionista sobre la manera de incorporar alimentos saludables, como frutas, verduras, frutos secos, legumbres y proteínas magras, a tus comidas. También considera incorporar el ejercicio y el movimiento a tu rutina diaria de una forma que te haga sentir bien.

¿Qué sigue?

Aunque no siempre es posible revertir la resistencia a la insulina de forma permanente, puedes tomar medidas para ayudar al cuerpo a ser más receptivo a esta hormona. Escucha a tu cuerpo, reduce el estrés, lleva una alimentación saludable y haz actividad física.

¿Qué es la resistencia a la insulina?

La resistencia a la insulina se produce cuando las células de los músculos, grasa e hígado no responden bien a la insulina y no pueden absorber la glucosa de la sangre fácilmente. Como resultado, el páncreas produce más insulina para ayudar a que la glucosa entre a las células. Mientras el páncreas pueda producir suficiente insulina para superar la débil respuesta de las células a la insulina, los niveles de glucosa en la sangre se mantendrán en un rango saludable.

¿Qué es la prediabetes?

La prediabetes significa que los niveles de glucosa en la sangre son más altos de lo normal pero no lo suficientemente altos para ser diagnosticados como diabetes. La prediabetes usualmente ocurre en personas que ya tienen cierta resistencia a la insulina o cuyas células beta en el páncreas no están produciendo suficiente insulina para mantener la glucosa en la sangre en el rango normal. Sin suficiente insulina, la glucosa adicional permanece en el torrente sanguíneo en lugar de entrar a las células. Con el tiempo, una persona podría desarrollar diabetes tipo 2.

¿Qué tan común es la prediabetes?

Más de 84 millones de personas de 18 años y mayores tienen prediabetes en los Estados Unidos.1 Eso significa aproximadamente 1 de cada 3 adultos.

¿Quiénes tienen más probabilidad de desarrollar resistencia a la insulina o prediabetes?

Las personas que tienen factores de riesgo que son genéticos o de estilo de vida tienen más probabilidad de desarrollar resistencia a la insulina o prediabetes. Los factores de riesgo incluyen

  • sobrepeso u obesidad
  • edad de 45 años o mayor
  • un padre/madre, hermano o hermana con diabetes

pertenecer a uno de los siguiente grupos étnicos: afroamericano, nativo de Alaska, indio americano, asiático americano, hispano/latino, nativo de Hawaii o americano de las islas del Pacífico

inactividad física

condiciones de salud tales como presión arterial alta y niveles anormales de colesterol

un historial de diabetes gestacional

un historial de enfermedad cardíaca o accidentes cerebrovasculares

síndrome de ovario poliquístico, también llamado SOP

Las personas que tienen un síndrome metabólico (una combinación de presión arterial alta, niveles anormales de colesterol y una cintura grande) tienen más probabilidad de tener prediabetes.

Además de estos factores de riesgo, otras cosas que pueden contribuir al problema de resistencia a la insulina incluyen

ciertos medicamentos, como los glucocorticoides Enlace externo del NIH, algunos antipsicóticos y algunos medicamentos para el VIH Enlace externo del NIH

trastornos hormonales, como el síndrome de Cushing (en inglés) y la acromegalia (en inglés)

problemas de sueño, especialmente la apnea del sueño Enlace externo del NIH

Resistencia a la insulina

Aunque una persona no puede cambiar factores de riesgo tales como el historial familiar, la edad o el grupo étnico al que pertenece, sí puede cambiar los factores de riesgo del estilo de vida relacionados con la alimentación, la actividad física y el peso. Estos cambios en el estilo de vida pueden disminuir la probabilidad de desarrollar resistencia a la insulina o prediabetes.