En esencia, la respiración consciente es simplemente la práctica de concentrarse en la respiración durante la práctica de la meditación. De todos los procesos automáticos que realiza el cuerpo, sólo unos pocos son controlables. La respiración es uno de ellos.
Puedes observar tu respiración y controlar tu respiración. La respiración consciente es una magnífica oportunidad para fortalecer la conexión mente-cuerpo.
Lo mejor de la respiración consciente es que puedes hacerla en cualquier momento y lugar. Aunque existen cursos de meditación con respiración guiada, en realidad no hay reglas «absolutas» cuando se trata de ejercicios de respiración. La práctica de la meditación con técnicas de respiración puede ayudarte a aprender, pero al final, el poder de la respiración consciente siempre reside en ti.
¿Por qué debemos practicar la respiración consciente?
Si nunca has hecho una práctica de meditación de respiración profunda, te lo estás perdiendo. Practícala sólo una vez y notarás la diferencia inmediatamente.
Inspirar, espirar. Es así de simple
Practicamos la respiración meditativa porque nos detiene en nuestro camino y nos ayuda a centrarnos, calmarnos y concentrarnos. La respiración consciente es simplemente otro término para la respiración enfocada, la respiración observadora o la respiración vigilante.
Estás desactivando la corriente de pensamientos, sentimientos y emociones, normalmente inconsciente y automática. Y estás encendiendo el acto consciente de simplemente respirar y concentrarte en tu respiración.
No hay un «punto» en sí mismo. No puedes «ganar» en esta práctica de respiración, y ciertamente no puedes «terminar» o «lograr». Tampoco puedes hacerlo mal mientras lo intentes.
Cuando necesites ayuda, los instructores de Anahana están ahí para ayudarte con ejercicios de respiración consciente y meditación consciente. Aprende cómo funciona la respiración al meditar o practicar la atención plena.
Con su experimentada guía, sus útiles técnicas de respiración para la meditación y sus guiones de práctica, puedes aprender a practicar ejercicios de respiración para la ansiedad, el estrés, el dolor, los nervios y mucho más.
Conoce más sobre la Respiración Consciente
Respirar es algo sencillo, tal vez sea por esta misma razón, que lo percibimos carente de valor. El cuerpo sabe cómo debe respirar para asegurar su supervivencia básica. Cuando esta función está bloqueada, limitada o inhibida por alguna situación de estrés o por un hábito de respiración inadecuado la unidad psico-fisico-emocional que somos resulta afectada alterándose entre otras cosas los ciclos del sueño, el nivel de energía, la memoria, la concentración o la templanza emocional.
La manera en que respiramos tiene efectos importantes en la salud
Es preciso ser un observador sensible de los procesos del cuerpo y fundamentalmente de la respiración para abrirnos a la vida de manera plena y amorosa. A diferencia de lo que estamos acostumbrados a creer, la vida sucede en el cuerpo, no en las interpretaciones que hace la mente con relación a lo que sucede en él.
Cuando cambiamos nuestro enfoque logramos una mirada integradora y transformadora de la realidad y lo que es lo mismo decir de nosotros mismos, revelándose de esta manera nuestro potencial como co-creadores de la vida que queremos vivir. Cierto es que no elegimos lo que nos pasa en la vida ni tampoco nos sucede aquello que queremos pero sí podemos elegir cómo queremos transitar aquello a lo que nos toca “poner” el cuerpo, la mente y la emoción, y para ello precisamos pulmones sanos, fuertes y nutridos.
Seamos o no conscientes de ello la respiración ha sido, es y será por siempre el nexo vital y natural entre el cuerpo físico, la mente y nuestras emociones. Al hacernos conscientes de nuestra respiración, tenemos la oportunidad de darnos cuenta de cómo respiramos, y a partir de ese registro personal hacer los ajustes que nos permitan normalizarla para restablecer nuestro equilibrio psico-físico-emocional.
La mayor parte del tiempo no somos conscientes de nuestra respiración. De hecho, ella se desarrolla de modo involuntario, natural y espontáneo comandada por el centro nervioso de la respiración ubicado en el bulbo raquídeo.
Paradojal resulta, -aquí el potencial como co-creadores de la vida que queremos vivir- que, la respiración es la única función fisiológica que puede ser regulada conscientemente. Al menos por un tiempo puede quedar bajo el comando de nuestra voluntad, por lo cual es, a la vez, un proceso involuntario y voluntario.
Tal es la importancia de la respiración como normalizador y equilibrante de nuestro ser que disciplinas antiquísimas, milenarias, como el Yoga, se sostienen sobre ella como pilar basal de la práctica. De tal forma, un cambio positivo del modo en que respiramos permite modificar positivamente trastornos físicos, emocionales y psíquicos lógicamente no deseados.
Tipos de Respiraciones
Es posible diferenciar tres tipos de respiraciones según el área del cuerpo mayormente involucrada en el movimiento respiratorio.
Previo a entrar en cada una de ellas, resulta vital presentar al diafragma como soporte y músculo principal de la respiración: es una malla elástica que separa la cavidad torácica de la cavidad abdominal. Cuando la respiración es óptima (Completa, Baja, Diafragmática o Yóguica para aquellos que sean practicantes), y durante la inhalación, el diafragma desciende sin restricciones ni limitaciones completando de aire la parte baja de los pulmones, al mismo tiempo que relaja la tensión en la pared abdominal (habitualmente contraída, producto de los malos hábitos y el estrés), masajea los órganos bajos y el suelo pélvico. Al exhalar, el diafragma asciende hacia su posición natural, y un poco más también, donde junto con los pulmones, masajea suavemente al corazón vaciándose de aire para dar lugar al siguiente movimiento inhalatorio.
La Respiración correcta es la Respiración Baja, abdominal o diafragmática:
En la cual el diafragma integra el movimiento de la respiración liberando tensiones y permitiendo una correcta nutrición de energía a cada célula y sistema del cuerpo.
“Un diafragma flexible, con un movimiento fluido, rítmico y constante es fundamental para la salud de todos los sistemas fisiológicos”.
Respiración Media, intercostal o torácica:
Durante la inhalación se expande la caja del tórax por acción de los músculos intercostales contrayendo el abdomen privando de un intercambio pleno, completo.
Respiración Alta o Clavicular:
Al igual que la anterior, aunque más incompleta que aquella, es la respiración característica de los tiempos modernos en que las personas navegamos en situaciones de grandes demandas y exigencias cotidianas careciendo del conocimiento personal de técnicas que nos ayuden a liberar el estrés y activar la “respuesta de relajación del cuerpo”.
En este caso, durante la inhalación, los hombros y las clavículas se tensan y elevan generando una entrada de aire totalmente insuficiente y por demás esforzada sin intervención del diafragma. Cuando se restringe el libre movimiento del diafragma se limita el volumen de entrada y salida de aire, el cambio de aire está completamente disminuido y la calidad de la respiración está comprometida, lo cual se refleja en una importante pérdida de vitalidad en la persona.
Tanto la respiración media como la alta, practicadas por largo tiempo, producen ansiedad, nerviosismo, inestabilidad y falta de seguridad.
Uno de los principales motivos por los cuales inhibimos el movimiento del diafragma es para “anestesiarnos”,”no sentir”, aquello que está sucediendo y que mi estructura considera como estresor por el simple hecho de desconocer que el principal “multiuso” que contamos para liberarnos del estrés social, emocional y de cualquier otro tipo, es la respiración. Al propiciar respiraciones completas todo el cuerpo recibe el intercambio y renovación gaseosa. Cada célula y cada sistema se beneficia y lógicamente, nuestro estado psicoemocional recibe los frutos de aquello.
Somos una unidad somato-psíquica, de modo que cualquier acción positiva que efectuemos sobre el cuerpo y desde el cuerpo, tal es el caso de la respiración, repercute en igual medida en nuestra estructura psíquica emocional disolviendo patrones de angustia e inhibición.
ALFA