Belice, un país centroamericano cuya capital es Belmopán, es la residencia de varias ruinas pertenecientes a la cultura maya. Esta civilización fue una de las más emprendedoras y grandes conocedoras de los beneficios del jade. El territorio limita con México y Guatemala; siendo el segundo mayor proveedor del mineral en la región. Al menos tres tercios de las actividades realizadas giraban en torno a la explotación de este cristal.
La artesanía del jade era importante para estos aldeanos, quienes se hicieron expertos en el arte de tallar en esta roca. Su composición era de alta consistencia, por ende, para poder llevar a cabo la actividad, debían utilizar piedras de mayor dureza, como el diamante.
En la sociedad maya, el cacique hacia uso de prendas de jade, utilizando accesorios como collares, máscaras, pulseras, amuletos, entre otros; uno de sus mayores privilegios era el uso de incrustaciones dentales, las cuales, se decían, tenían el poder de infundir respeto al hablar y persuadir a todo aquel que oyese.
El jade incluso se usó para la elaboración de armas; y además de ser un material resistente, era considerado un amuleto que atraía la protección y la buena suerte.
Desde el punto de vista religioso y espiritual, los mayas creían tener una conexión con el mundo de los dioses y el puente mediante el cual esto era posible era el jade. Al momento de realizar las ceremonias y las alabanzas, los aldeanos hacían uso de máscaras y figuras en forma de dioses, talladas en las piedras de jade.
Era usado, además, en los utensilios elaborados para el consumo de alimentos, para que los poderes de esta gema se trasmitieran a la comida, de esta manera repotenciaban el vigor espiritual de cada integrante maya.
En la salud, el jade era portador de abundantes beneficios curativos. Los mismos eran activados con la energía interna; los mayas lo empleaban para disminuir los problemas renales, afecciones circulatorias, aumentar la regeneración de la piel y calmar las dolencias óseas. Esta piedra, también, era un curador del alma, se empleaba para calmar las crisis emocionales, brindaba relajación mental y ayudaba a mantener un equilibrio interno.
Entre las ruinas maya presentes en Belice se encuentra el Altún Há, es un reducido centro comercial, reconocido por las riquezas que se han encontrado en su interior; está constituido por dos plazas, rodeadas por catorce construcciones.
En uno de estos templos, se encuentra la llamada “Tumba Verde”; en esta se encontraron alrededor de trecientos objetos de jade, todos en condiciones casi óptimas. Oculto en este tesoro, se halló una de las piezas de jade más pesadas del territorio maya, de alrededor de 5 kilos.
Los habitantes de este territorio eran considerados como la comunidad dominante entre las distintas etnias indígenas, pues llegaron a tener casi un millón de habitantes; su arquitectura y los hallazgos del jade hablan de su historia, dejando notar la importancia de las distintas partes que integraban su cultura y las diferentes actividades religiosas.
ALFA