Cuando hablamos de la energía, no sólo la asociamos con la ciencia, o con Albert Einstein y sus descubrimientos científicos, aunque mucho tiene que ver la teoría de la relatividad con los avances que se han tenido en la actualidad, sino también con la visión que se posee sobre el manejo de la misma, incluso para la prevención de enfermedades y desenvolvimiento general de los individuos en el entorno.
Una de esas maneras de equilibrar esas energías es a través de los chakras, que es un término sánscrito que significa “ruedas o discos”, y son centros que regulan el flujo de nuestra energía vital, incidiendo directamente en la salud de los órganos y tejidos de nuestro cuerpo, manifestándose como pequeños remolinos que alimentan a los órganos físicos y a la vez están relacionados con sus pensamientos, emociones y actitudes ante la vida.
Por eso, estos chakras son considerados como vórtices de energías, que si giran de manera adecuada, logran mantener el flujo energético fundamental para la conservación de la salud física, mental, emocional y espiritual de la persona.
El manejo de estos vórtices ha sido practicado durante miles de años por muchos sanadores de Oriente con la finalidad de restablecer la salud de las personas, inclusive en las últimas décadas, la medicina alternativa distintas ha recurrido a sistema energético del manejo de los chakras, para abordar y tratar muchas enfermedades y sentar las bases de la sanación.
Este sistema energético maneja el equilibrio de los chakras, como fuente de la energía vital, así como los pensamientos y las emociones que son parte fundamental de cada individuo; por lo que si existen desequilibrios en ellos, se manifiestan generalmente las enfermedades físicas y psicológicas.
De allí la importancia de llevar a cabo un cambio en las creencias y miedos, ya que si los vórtices se encuentran bloqueados o desequilibrados, se afecta la mente, los sentimientos, las actitudes y por ende la salud física. A su vez, éstos causan el desequilibrio de los chakras, así como también las energías negativas de otras personas, de situaciones conflictivas en el país o ciudad donde resida, entre otras fuentes generadores de estrés y desequilibrio.
De este modo, algunas situaciones originan movimientos inadecuados de los chakras, haciendo que giren en el sentido contrario de las agujas del reloj, de forma muy reducida o moviéndose excesivamente rápido, situación en la cual la persona pudiese sufrir de desequilibrios psicológicos y enfermedades físicas en los órganos o tejidos relacionados con ese vórtice donde se presenta el bloqueo o desequilibrio.
En consecuencia, se deben conocer los síntomas asociados a cada chakra para a su vez estar conscientes de las acciones a tomar para tratar de equilibrarlos. Ahora bien, aunque se sabe que existen otros vórtices o chakras; generalmente se toman en cuenta los siete principales, de los cuales vamos a presentar un resumen que sintetiza su ubicación, órganos asociados, síntomas y acciones a seguir para armonizar cada chakra:
Chakra Número 1: Es el llamado chakra raíz, el cual se encuentra ubicado en la base de la columna y está relacionado con las glándulas suprarrenales, que producen adrenalina, la hormona esencial de nuestra supervivencia.
Cuando este chakra está equilibrado, la persona se siente segura de sí misma, pero un bloqueo produce falta de energía vital, problemas en los huesos, en las caderas, la sangre y el sistema inmunológico, lo cual es sumamente negativo debido a que esta deficiencia por sí misma puede producir muchas enfermedades.
También se encuentra asociado al Chi del riñón, la emoción, angustia y al miedo, rigiendo los huesos, el cabello y los tejidos. Cuando se encuentra bloqueado el individuo tiende a quejarse, a pensar que el mundo es peligroso, se afecta la audición, siente angustia, ansiedad y frío excesivo.
En su fase Yang se presenta inflexibilidad, egocentrismo, materialismo y aislamiento, mientras que en la fase Yin, se manifiesta cansancio y depresión, así como enfermedades del esqueleto, articulaciones, sistema nervioso central, como Parkinson y esclerosis múltiple, problemas de audición y equilibrio, vejiga y riñones, problemas con la sexualidad, entre otras manifestaciones físicas.
Para armonizar este chakra se debe reforzar la confianza en sí mismo y en el mundo, ejercitar las emociones positivas, ser más flexible, hacer ejercicios de yoga o bioenergéticos, y debido a que el chi de riñón tiene que ver con la energía de la tierra se recomienda: dar patadas en el suelo, andar descalzo, bailar, tocar tambor, marchar, correr, caminar, dejarse mojar por la lluvia, trabajar en el jardín.
Chakra Número 2: Es el chakra del sacro, está entre el ombligo y los genitales, representa al vórtice sexual, a los órganos reproductores, la vejiga y el intestino grueso, que se ve afectado por el control y la culpa. Se encuentra asociado a los problemas del Chi del Bazo, la emoción y la preocupación.
Las partes del cuerpo que representan este chakra son el tejido comunicante, es decir, los vasos. En la fase Yang se manifiesta preocupación, quejumbre, atadura al pasado, piensan y actúan de manera limitante y superficial.
En la fase Yin hay cansancio y depresión con obsesiones sobre el pasado, enfermedades del sistema digestivo y de los vasos sanguíneos, enfermedades infecciosas, trastornos del metabolismo, problemas con el colesterol, diarrea, mal absorción de los medicamentos, estreñimiento, vómitos y náuseas, intolerancias alimentarías, sinusitis, colitis ulcerosa, reuma, colitis, diabetes, alergias, etcétera.
Para armonizar este chakra se recomienda realizar meditaciones para ampliar la consciencia, cantar, canturrear, recitar mantras, ejercitar la emoción contrarias a la preocupación: ser abiertos y honestos, no prejuzgar, no etiquetar a las personas, tener contacto con la naturaleza, realizar viajes históricos, visitar un templo, ir de nuevo a las raíces, realizar ayunos.
Chakra Número 3: El tercer chakra representa plexo solar, por lo que está relacionado con la vida emocional y está localizado entre el ombligo y la base del esternón, por lo que rige las siguientes partes del cuerpo: el páncreas, el hígado, el estómago, la vesícula biliar, el intestino delgado.
Por otra parte, cuando este chakra se encuentra desequilibrado se producen actitudes de rabia, miedo y necesidad de controlar todo. Está representado por el Chi del Hígado asociado a la emoción e la ira. En la Fase Yang suele sentirse injustamente atacado, protesta, se resiste a los demás, tiene sentimientos de culpa y castigo.
En la fase yin se siente cansancio, depresión, insatisfacción, se manifiestan enfermedades del hígado, vasos sanguíneos, vesícula, estómago, ojos, músculos, ligamentos, nervios, calambres, cólicos y presión alta, migrañas, punzadas, erupciones, herpes, neuralgia, eczemas, bronquitis asmática, ACV, hiperventilación, etcétera.
Para armonizar este chakra se recomienda hacer ejercicios para calentar el corazón, ser menos perfeccionista, exigirse menos a sí mismo, expresar los sentimientos, recrearse.
Chakra Número 4: Es el del corazón, rige al corazón, los pulmones, vasos sanguíneos, costillas, pecho, diafragma y la parte superior del esófago. Las personas posesivas o las que no se sienten dignas de recibir amor generalmente tienen un desequilibrio en este chakra. El deseo de tener una experiencia espiritual al hacer el amor y la capacidad de amar incondicionalmente están asociados a un chacra cardíaco equilibrado.
Se asocia con los problemas del Chi de corazón, asociado a la emoción e intranquilidad. En la Fase Yang se muestra intranquilidad, nerviosismo, insomnio, poca concentración.
En la Fase Ying existe cansancio y depresión sin otras características específicas, hiperventilación, falta de vitalidad y deseos de vivir, enfermedades del corazón, circulatorias, la sangre, la lengua, el intestino delgado y los brazos.
Para armonizar este chakra se recomienda: aumentar la confianza en sí mismo, risoterapia frente al espejo, aumentar las relaciones sociales, expresarse más, aprender a decir que no, bailar y jugar, recibir masajes, jugar de manos, abrazar a alguien, tocar a las personas.
Chakra Número 5: Es el laríngeo y regula la tiroides y paratiroides, la boca, oídos, garganta y las vértebras cervicales están regulados por este vórtice. Las personas con bloqueos en la comunicación y la autoexpresión, o las que hablan en exceso necesitan equilibrar este chakra.
Este chakra representa al problema del Chi de los pulmones asociados a la emoción y pena emocional. Fase Yang: No poder ir al paso con los cambios, sentirse derrotado con facilidad.
Fase Yin: Cansancio y depresión con obsesiones sobre el futuro, defensas bajas, enfermedades de vías respiratorias, intestinos, piel y mucosas, eczemas, piel reseca, retención de líquido, deshidratación, tos seca, sentimiento de obstrucción torácica, enfermedades del intestino grueso, de los pulmones y respiratorias, de la piel y de las mucosas.
Para armonizar este chakra se recomienda: aprender a decir que sí, a aceptar los cambios, ejercitar la valentía para aceptar todo lo que venga, para decir tu criterio, hablar con energía y tomar decisiones, mejorar el tono en que se habla, cantar a todo pecho, pronunciando el texto con claridad, asumir riesgos, hacer actividades refrescantes: bañarse en el mar, caminar bajo la lluvia, ir al sauna, relacionarse.
Chakra Número 6: Es el tercer ojo, ubicado encima del entrecejo. Rige la glándula pineal, ojos y cerebro. Las personas que tienen demasiada energía en este vórtice suelen ser dogmáticas y autoritarias.
Se relaciona con la visión interior del individuo y cuando se encuentra bloqueado se asocia con los problemas mentales, y la actitud negativa que prevalece es la de preferir tener la razón a ser feliz. Se armoniza mediante la meditación, retiros espirituales y contacto con la naturaleza en diferentes actividades.
Chakra Número 7: Finalmente el séptimo es el chakra de la corona. Cuando está equilibrado, la persona tiene un claro sentido de la finalidad de la vida y conexión con Dios y si hay desbloqueo se presenta agotamiento crónico, la epilepsia y mal de Alzheimer están asociados a este centro que puede regular cualquier órgano.
Este chakra representa al conocimiento universal, los juegos de roles, identificación y la felicidad. Al conocer cuáles son sus tendencias en cuanto a sus actitudes y dolencias físicas, puede atender los posibles desequilibrios en su parte energética.
De esta manera, se debe recurrir a la realización de ejercicios físicos, meditaciones, música, mantras, colores y piedras, pueden ayudar a equilibrar todo su sistema. Pero, sobre todo, un cambio en su actitud y en la visión que usted tiene de usted mismo y de la vida es lo que produce sanación duradera.
ALFA