La belleza es un atributo que a lo largo de la historia ha acaparado un sinfín de páginas y mensajes en todos los medios de comunicación, existiendo íconos femeninos que han sido objeto de libros, series televisivas y películas. Uno de los más antiguos e interesantes es el caso de Cleopatra VII; natural de  Alejandría, quien vivió entre los años 69 – 30 a. C.).

Antes de entrar en el tema de la belleza de Cleopatra y sus secretos, es importante conocer un poco de la historia de este personaje, para comprender que la misma no sólo se trataba del aspecto físico, sino también de su personalidad, formada tras vivencias profundas y marcadas que hicieron de ella una mujer enigmática, al punto de que hoy día su imagen y detalles de vida son conocidos en todo el mundo.

Es relevante conocer que, esta mítica mujer fue la última reina de Egipto, y pertenecía a la dinastía de los Ptolomeos o Lágidas, fue hija  de Ptolomeo XII,y estuvo  casada con su propio hermano Ptolomeo XIII, con quien heredó el trono en el año 51 a. C.  Su nombre tiene un significado muy especial, el cual denota por sí solo, poder y fuerza. El mismo  se compone de dos palabras, cleo que significa “gloria·, y patria que significa “padre”, por lo que su traducción literal sería “gloria del padre”.

Cabe destacar que, Cleopatra vivió desde pequeña en condiciones de presión y dominio masculino muy fuertes, por lo que predominó en su vida  la crueldad y la desconfianza, transformándola en una mujer fuerte, enigmática y con una dosis de manipulación con la cual lograba seducir a los hombres.

Sin embargo, con tan sólo 11 años tuvo que huir a Roma,  para escapar de su hermanastra, quien  había matado a su madre y a su marido, para posteriormente arrebatarle el trono al padre de ambas. Es de esta manera, como la bella egipcia, decidió utilizar su inteligencia, su poder de seducción  y sus armas de mujer para buscar los mejores aliados para devolverle a Egipto su sitial y poder.

Es así como, el primero en caer en sus redes fue Julio César, el hombre más poderoso del momento, y a su muerte le sucedió Marco Antonio, que tampoco pudo evitar su embrujo, originándose una historia de amor caracterizada por la pasión, intrigas, luchas de poder y sobre todo por la tragedia, y que fue capaz de desestabilizar la fortaleza del incipiente Imperio Romano, por ello es que no sólo es parte de la historia de la humanidad, sino que en ella se ha inspirado la realización de grandes novelas y  películas, encontrando en Elizabeth Taylor, su principal protagonista, resaltando la belleza y personalidad de Cleopatra.

En su devenir histórico, Cleopatra utilizó su belleza y encanto para lograr sus objetivos, y gracias a ello regresó a Egipto con su padre y un numeroso ejército con el que recuperaron de nuevo el trono. Sin embargo, a la muerte de su padre, accedió al trono tras casarse con su hermano, Ptolomeo XIII, pero nada salió como esperaba, ya que marido-hermano quería deshacerse de ella para reinar en solitario, y es así es como tuvo que huir de nuevo, esta vez a Siria,  para salvar su vida.

La historia cuenta una anécdota interesante y memorable, ya que Cleopatra al enterarse de que Julio César estaba en Egipto persiguiendo a su enemigo Pompeyo, viajó a escondidas desde Siria para poner en marcha un plan para recuperar el poder, presentándose ante él enrollada en una alfombra para entrar en palacio sin ser reconocida, con el único fin de ganar sus simpatías y salvar su vida recuperando a la vez el trono de Egipto. Es así como Julio César cayó rendido ante la belleza y  los encantos de Cleopatra, que no sólo era una mujer bella y sensual sino que, además, era una mujer muy culta.

Cleopatra consiguió sus objetivos y tras pasar la noche juntos, César lo arriesgó todo para embarcarse en una Guerra Civil en Egipto y subir a Cleopatra al trono como una reina independiente, pero no pudo compartir con ella el esplendor del reino, ya que su acción fue desaprobada en Roma y fue  asesinato en el 44 a. C., por lo que Cleopatra vio peligrar su vida y tuvo  que regresar a Egipto.

Posteriormente, Marco Antonio es seducido por Cleopatra, quien también se enamora de él, sin embargo, su final fue dramático y trágico, ya que hubo una  terrible derrota en el campo de batalla, donde se produjo el enfrentamiento final de la llamada ‘Guerra Ptolemaica’ (32-30 a. C.), por la que Octavio Augusto llevó hasta Egipto su lucha contra Marco Antonio, se produjo en la batalla naval de Actium. En ella cayó derrotada la flota de Marco Antonio al ser abandonado por las tropas egipcias, aunque consiguió huir y refugiarse con Cleopatra en Alejandría.

Un año más tarde el ejército de Octavio tomó la ciudad decidido a terminar, de una vez por todas, con la pareja. Marco Antonio recibe la falsa noticia de que Cleopatra había muerto, y el romano, que le había prometido a su amada que a la muerte de uno le seguiría la muerte del otro, decide, el 1 de agosto del 30 a.C., quitarse la vida clavándose su propia espada.

De esta manera, cuando Cleopatra, a la que Octavio Augusto pretendía llevar a Roma como botín de guerra, se enteró de la muerte de su amor quiso dejarse morir, rota de dolor por el amor perdido, sin embargo, intentó  seducir sin éxito a Octavio, como ya había hecho previamente con Julio César y Marco Antonio, por lo que negándose a la humillación se vistió con sus mejores galas, pidió que su cuerpo fuese sepultado junto al de Marco Antonio y se quitó la vida  en el mes de agosto del año 30.a.C,  a los 40 años de edad, cumpliendo con el procedimiento ritual egipcio de hacerse morder por un áspid (una cobra egipcia).

Esta historia de drama y tragedia, puede decirse que encontró en la belleza de esta mujer un pilar fundamental para lograr el poder, y no en vano es considerada uno de los más grandes referentes de belleza femenina. A la reina, se le ha atribuido una belleza excepcional; que era cuidada por ella con dedicación y verdaderos ritos de belleza, que eran costumbre en  el antiguo Egipto, reconocido por la dedicación a la belleza.

Es muy conocido, que los egipcios solían usar aceites, leche, miel, mirra, etcétera, para cuidar de su estética, y la mítica reina del Nilo contaba con varias rutinas de belleza y secretos que volvieron locos a Julio César y Marco Antonio, más no le funcionó con Octavio.

Dentro de los secretos de belleza de Cleopatra estaban los largos baños de inmersión en leche y miel, considerando que la leche tiene propiedades hidratantes y su combinación con la miel ayuda a recobrar la elasticidad. A su vez la reina del Nilo utilizaba la leche tibia como desmaquillante en los ojos, para quitar el maquillaje que la ha caracterizado  a lo largo de la historia, para posteriormente colocarse compresas de leche fresca sobre el rostro para hidratarlo.

Cabe destacar que, las propiedades hidratantes de la leche se utilizan todavía en muchos productos de baño en la actualidad, por ello no es extraño que Cleopatra ya supiera de sus beneficios hace miles de años. Sin embargo, realizar este procedimiento en una bañera actualmente parece irreal,  pero considerando la importancia de la hidratación y los beneficios comprobados de la miel y la leche, es conveniente realizar lavados con porciones pequeñas de estos productos, en el  rostro, cuello u otras partes del cuerpo.

Por otra parte, entre los trucos de belleza de Cleopatra no faltaban remedios caseros destinados a prevenir y eliminar el acné. Para ello, la Reina del Nilo hervía un puñado de poro y mezclaba el agua resultante con leche de cabra y un poco de azúcar, lo cual producía un  exfoliante natural perfecto para eliminar células muertas e imperfecciones.

Asimismo, la reina Cleopatra sustituía los trozos de hielo como se usan actualmente para mantener el cutis terso y libre de flacidez, por la  colocación de   trozos de carne de ternera encima de la piel, lo cual ejercía una función fortalecedora de la piel, logrando mejorar la apariencia y la tersura, con lo cual se conserva una apariencia más joven.

Otros de los rasgos físicos característicos y famosos  de Cleopatra son sus ojos; a los cuales les daba un cuidado especial, cuidándolos de la luz solar y lavándolos  3 veces a lo largo del día con un preparado de agua de rosas, que era elaborada por sus doncellas  hirviendo pétalos de rosa en medio litro de agua.

Además, Cleopatra  hacía especial énfasis en el cuidado de sus pestañas, tratando de mantenerlas perfectas, por lo cual realizaba un auténtico ritual que consistía en recortarlas en luna cuarto creciente durante 3 noches seguidas para  posteriormente friccionarlas con aceite de almendras, el cual las hace  crecer rápidamente.  Por otra parte, para resaltar la belleza de sus ojos y pestañas, los perfilaba con un polvo oscuro fabricado a partir de sulfuro de plomo conocido con el nombre de galen.

Finalmente, la Reina Cleopatra hacía mascarillas para evitar las arrugas, las cuales elaboraban sus doncellas colocando jugo de cebolla, miel blanca, lirio blanco y cera fundida,  mezclando de manera homogénea para obtener una pomada que la reina untaba en la cara todas las noches.

Otro de los procedimientos utilizados por Cleopatra consistía en la colocación de carne de cordero. Bravo (2015) Considera a Cleopatra como la precursora de la mesoterapia. “Mataba a un cordero cada mañana y ponía su carne sobre cara, cuello y escote hasta que se secaba, de esta manera conseguía que su piel se nutriera y adquiriera tersura».

Muchos de estos secretos de belleza de Cleopatra son aplicados actualmente por mujeres de diferentes culturas, y encuentran en este relato histórico por demás dramático y trágico, un contexto muy humano que empodera a la mujer en un mundo real, fascinante y donde el cuidado y la belleza son el elemento fundamental, tomando en cuenta que cada uno de estos procedimientos son básicamente saludables.

ALFA