Los masajes gestálticos son una alternativa para la salud, ya que toman en cuenta aspectos psicológicos, somáticos y relacionales, siendo un complemento de la terapia psicológica, orientada al bienestar de los pacientes que presentan un período de duelo, ruptura o de estrés y fatiga que hoy día se vive cada vez más. Es lo que llaman un masaje integrador y global.
El origen de estos masajes se encuentra en la conocida Terapia Gestalt, desarrollada en los años 60 en el Instituto Esalen, a partir de los trabajos realizados por Margaret Elke, en California y, se aplica muy especialmente a personas en estados depresivos, con asistencia de psicólogos y terapeutas a nivel corporal, lográndose demostrar su eficacia durante los procesos.
Por lo general, las personas toman un masaje para relajarse, pero estas terapias van más allá de esa simplicidad, debido a que este tipo de masajes despierta resultados emocionales como alegría, tristeza, etc. Por tanto, quien realiza este tipo de masajes debe estar muy preparado, también en la dinámica de las relaciones interpersonales y en los fundamentos de la Psicología gestáltica.
El primer paso para estas consultas es una conversación previa entre el terapeuta y el paciente, donde se hable abiertamente de sentimientos, sensaciones, inquietudes y necesidades de la persona afectada, es decir, se inicia un diálogo terapéutico; seguidamente se aplican técnicas de respiración y visualización para lograr entrar en un estado antiestrés, de relajación, en el cual suele usarse una atmósfera musical. Ya durante el masaje, la conversación debe ser mínima para que la persona que lo recibe, se concentre en las sensaciones que le produce.
Para el ser humano, el ser tocado es una necesidad primordial y cuando esto no sucede, es posible que se deriven diversas problemáticas; con el masaje gestáltico se busca el reencuentro con el cuerpo, la integridad en su totalidad, resolver problemas por traumatismo, operaciones, por dolor o por cualquier trastorno somatomorfo.
Una vez lograda esta alianza terapéutica donde el especialista debe dominar técnicas de escucha, comunicación, presencia, masajes, que no guardan relación con las técnicas descontracturantes, terapias para el dolor o lesiones del deporte; posteriormente se deja a la persona disfrutar en reposo durante 5 minutos y en soledad, para concluir luego con una fase de reorientación y diálogo acerca de la experiencia de lo sucedido.
En cuanto a sus beneficios, el terapeuta David Álvarez afirma que la mayoría puede beneficiarse de un masaje gestáltico, ya que a través de estos se logrará una integración de las sensaciones físicas, psíquicas y espirituales; alivio de los dolores crónicos, reorganización de las posturas, reducción de la ansiedad y el estrés, desbloqueo de emociones reprimidas, incremento de la energía, relajación y paz. Estos masajes pueden también ayudar a las personas que se aíslan de su entorno por miedo al contacto o por falta de afecto maternal. Por tanto, es una terapia ideal siempre y cuando esté recomendada por su especialista.
ALFA