El síndrome de Asperger es un desarreglo cerebral que tiene como características un conjunto de trastornos mentales-conductuales y que es parte del espectro autista; las personas que nacen con esta condición muestran dificultad en la interacción social y en la comunicación; además de presentar deficiencias de algunas sustancias para metabolizar ciertos alimentos. De aquí la importancia de una alimentación adecuada e ideal para el Asperger.

Generalmente, los seres humanos libres de este padecimiento pueden reconocer las emociones de sus semejantes, siendo empáticos; por su parte, quienes padecen el Síndrome de Asperger, no tienen esta capacidad de empatía con el prójimo, tienen habilidades especiales en áreas restringidas, su pensar es muy lógico, hiperrealista, concreto; tienen un aspecto totalmente normal,  es decir, no hay una discapacidad evidente, no muestran retraso en el lenguaje o desarrollo cognitivo; pero en ocasiones el problema social para relacionarse, los conduce a comportamientos inadecuados.

Ahora bien, los problemas que presentan en el metabolismo por falta de ciertas sustancias, como ya bien se ha mencionado, requiere que estas personas tengan una alimentación o dieta saludable y adecuada, siendo eliminados poco a poco de forma progresiva ciertos alimentos con el conocimiento de un especialista. Asimismo, se ha considerado que estas personas procesan los péptidos y las proteínas de forma distinta al resto, e hipotéticamente hablando, esto puede exacerbar los síntomas sensoriales, cognitivos y sociales.

Por esta razón, algunos especialistas recomiendan que el gluten y la caseína, primordialmente, deben estar fuera de la dieta diaria de las personas que tienen dicho síndrome, ya que tienen una alta afectación ante estas sustancias. Sin embargo, hoy día no se ha podido demostrar de forma definitiva la validez de esta afirmación, pues cada caso es diferente y la posibilidad de hacer el seguimiento a cada persona es prácticamente imposible.

Pero, los expertos que creen en una mejora, a través de una adecuada alimentación, aconsejan evitar el consumo de embutidos, jamón, salchichas, gaseosas, bebidas light y con colorantes, pizza, cervezas, productos lácteos, harina de trigo, cereales, tortas, centeno, etc.; igualmente se recomienda reducir el consumo de azúcar refinada, todo lo que contenga mercurio, aromatizantes y conservantes artificiales.

Por su parte, lo que debe consumir son leguminosas frescas y secas como arvejas, lentejas, garbanzos, frijoles, frutas como manzana, pera, naranja, papaya, ciruela, piña, arándanos, leche de soya, de almendras, de coco y de ajonjolí; asimismo, incorporar ácidos grasos omega 3, harina de maíz, quínoa, maicena, cereales, pan y galletas de maíz, fideos de arroz, infusiones naturales, agua natural, jugos de frutas y algunas especies como el anís, menta, orégano, romero, laurel, entre otros.

Tenga en cuenta que aunque la aparición de este padecimiento, normalmente es en la infancia temprana, puede ocurrir en fases más tardías cuando el contacto social se empieza a manifestar. Por supuesto, ante una sospecha de padecimiento de este síndrome, lo importante es que usted acuda a los especialistas para que certifiquen un diagnóstico adecuado y así cumplir un régimen serio en cuanto a su alimentación y tratamiento.

ALFA