Como si se tratara de un lienzo, la piel debe ser preparada antes del maquillaje con el objetivo de facilitar, no solo la correcta adhesión de los cosméticos en el cutis, sino que permita mantenerse por más horas durante el día. Una correcta limpieza, tonificación e hidratación de la piel marcará la diferencia para un excelente maquillaje.
Consideraba la práctica de decorar la piel y otras partes visibles del cuerpo con la finalidad de resaltarlas; algunos entendidos en la materia la definen desde de la acera del uso del cosmético adecuado para engalanar o resaltar rasgos faciales o corporales de un individuo como el verdadero éxito.
Este arte se combina con el uso de diferentes elementos con facultades determinadas para los ojos, labios, cejas, pestañas, cutis y cuello. No obstante, si su vestimenta lo permite, podrá hacer uso de estos productos en el cuello, pecho y brazos.
En la industria cinematográfica, televisión y moda, se emplea de igual manera, con el propósito de corregir las distorsiones producto de la iluminación propuesta por el director de fotografía en el set de filmación, si el personaje a caracterizar por un actor o actriz lo amerita o los desfiles de la alta costura.
Desde luego, debe tomar en cuenta que según su tipo de piel dependerá la preparación. Descubrir la rutina más acorde para la piel grasosa puede significar un desafío cuando se trata de aplicarse maquillaje. Es ineludible la limpieza del rostro con el objetivo de tonificar e hidratar la piel para prepararla.
Para que el trabajo sea prolijo, tenga un agradable efecto visual y perdure durante su jornada laboral o una cena especial, no puede obviar la limpieza de la piel antes del uso de los productos.
Aunque no lo parezca, esta primera etapa es la más idónea y necesaria para dejar el cutis impecable con el propósito de preparar la piel y así el maquillaje luzca fresco y natural.
De esta manera, retire cualquier tipo de resto de maquillaje que pueda haber permanecido aun después de lavarse la cara. Por lo general, siempre suelen quedar restos de rímel y delineador el cual eliminará que un producto especial para los ojos y otro diferente para el resto del rostro.
La profesional del maquillaje Iliana Velásquez, advierte que para limpiar la cuenca ocular es necesario manejarse con productos cremosos de consistencia liviana, no debe ser ni grasoso ni pesado, ya que la piel de esa zona es muy delicada y fina.
Para el cutis, por su parte, emplee “leche de limpieza” con algodón desde la mitad del rostro hacia fuera. No aplique fuerza innecesaria, lo ideal es que se estimulante de forma suave y paciente hasta que la compresa salga lo más limpia posible.
Una vez la piel quede impecable, es probable que quede un poco irritada y deshidratada. Para eso puede aplicar una loción humectante según su tipo de piel la cual determinará como se va a adherir la base y la piel al terminar el maquillaje.
ALFA