Probablemente al escuchar Austria recuerde el nombre de su capital, Viena, o que es el país de nacimiento de Adolf Hitler. Sin embargo, existe una ciudad ubicada a más de dos mil metros sobre el nivel del mar en los Alpes austriacos, que también es referente de esta localidad, llamada Innsbruck, un pequeño pero mágico lugar que podrá visitar en 24 horas.
Situada al oeste de Austria en el valle del Inn entre las montañas Nordkette, Patscherkofel y Nockspitze es la capital del estado de Tirol, lugar de fama internacional apta para la práctica de deportes invernales. Cuenta con la pista de salto de esquí de Bergisel que data desde 1964 cuando se efectuaron los Juegos Olímpicos de Invierno y que en verano podrá disfrutar de vistas panorámicas únicas de la localidad.
Adicionalmente, sirve de sede a la central de la Organización Internacional Aldeas Infantiles SOS, una de las más grandes del mundo dedicadas a caridad, fundada en 1949 por el filántropo austríaco Hermann Gmeiner luego experimentar en su infancia la perdida de su madre a muy temprana edad.
Aunque su fundador dejó de existir en 1986, la institución sin fines de lucros es miembro de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco por siglas en inglés) y posee un asesor permanente en el Consejo Económico y Social de la Organización de las Naciones Unidas.
De esta hermosa ciudad, se encuentran documentos que datan de 1187 en el que se registraron las actividades realizadas en aquel entonces con relación al cruce del Río Inn. Esta ruta, a través del paso del Brennero, fue el mayor vínculo de transporte y comunicaciones entre los cuatro puntos cardinales y el camino más expedito para atravesar los Alpes austriacos.
Este punto estratégico en el mapa trajo como resolución un mayor ingreso económico para la ciudad que supieron aprovechar para el éxito, desarrollo y prosperidad de la localidad.
En Innsbruck, considerada la capital de los Alpes y del Tirol (un baile tradicional), podrá disfrutar de una taza de café entre los monumentos medievales ubicados en el casco histórico de la ciudad. Luego, abordar los funiculares Nordkettenbahn, diseñados por la arquitecta iraquí Zaha Hadid y en 20 minutos estar en la terraza de un restaurante de alta montaña a más de dos mil metros de altitud.
En su visita de apenas 24 horas no deje de visitar el Goldenes Dachl (Tejado de Oro), considerado el símbolo arquitectónico más famoso de la ciudad en el que destacan sus 2657 azulejos de cobre bañado en oro. El Palacio de Hofburg, es otra de las atracciones que no podrá dejar de visitar y admirar el retrato María Antonieta, la hija número 15 de la Emperatriz María Teresa I de Austria.
La histórica ciudad la dirigirá a la Iglesia Hofkirche (Iglesia de la Corte) en la que rendirá pleitesía a los restos de Maximiliano I de Habsburgo, resguardados en un ornamentado cenotafio. La silenciosa Innsbruck le atrapará desde el primer momento ante la mezcla de cultura, historia y hermosas montañas.
ALFA