Cuando desee disfrutar absolutamente, nada mejor que consentirse con masajes que le darán bienestar en alma, cuerpo, espíritu y en el sentido literal, de la cabeza a los pies, con lo que conseguirá una absoluta armonía de relajación que en estas épocas tan difíciles que se viven, se hace tan necesaria; las reglas básicas son ritmo constante, intensidad baja, respiración acompasada e intención; para complementarlo, puede pedir un masaje de chocolate y verá como se embriaga con ese olor tan delicioso.
Comenzarán con los pies, en su parte media y central, se detendrá para con los pulgares, darle un masaje suavemente hacia arriba y hacia abajo y luego de forma circular, de la misma forma, hacerlo con el talón tratando de estirar cada dedo
Luego subir hasta los tobillos donde suavemente con un efecto circular y con un poco de presión, le hagan un masaje que le ayude a movilizarse de manera ideal, sin sentir molestias de ningún tipo.
En las piernas, para ayudar a la circulación de la sangre y es ideal cuando están cansadas o si ha manejado durante muchas horas contínuas o si ha estado parada mucho tiempo, entonces, le deberán untar aceite o talco para bebé, doblarlas y dar un masaje hacia arriba, delinear los músculos del muslo y de la pierna y regresar.
Un masaje en el vientre le reserva sorpresas, acostada boca arriba, sienta como las manos se deslizan luego de haberle aplicado una crema hidratante, comience en forma circular y desplazándose hacia afuera por 3 minutos, pasar al amasamiento y al final del pubis hacia la parte superior del ombligo y hacia afuera muy lentamente.
El masaje relajante en la espalda es suave, sin retirar las manos de la piel, con firmeza, sintiendo cada una de las vértebras, resbalando los dedos una y otra vez, en círculos y hacia afuera 5 minutos y comenzar de nuevo y así hasta 20 minutos más o menos.
En la espalda baja, usar la misma técnica pero completarlo con los puños cerrados y de manera profunda, circularmente dibujar la zona, de manera diagonal y las manos estiradas, sin levantarlas y seguir.
La fricción de hombros y cuello, ofrecen un alivio indescriptible, presionando con el pulgar y el resto de los dedos de la mano, realizar pequeños pellizcos en el sentido de las manecillas del reloj, subir por el cuello hasta donde nace el cabello, donde casi todo el trabajo lo realizarán sus dedos pulgares, hasta no sentir ningún tipo de nudo que interfiera con el trabajo que ha estado realizando.
Sentir en la cara la magia de un masaje es esplendoroso, el dibujo del arco de las cejas las sienes y la parte lateral de la nariz así como los pómulos y la barbilla, son espacios que únicamente en ese momento le cubrirán .
Las orejas no pueden escapar de recibir este frote suave y sensual, pues están creadas para el placer, de allí pase a la cabeza, donde con una frotación enérgica en el cuero cabelludo y apretando los laterales de su cabeza, conseguirá aliviar las tensiones que pudo haber sentido antes de realizarse esta sesión.
ALFA