Desde la antigüedad y desde diversas culturas, el hombre ha sentido la imperiosa necesidad de explorar más allá de lo desconocido. El deseo de descubrir y encontrar respuesta a lo desconocido, lo ha llevado a desentrañar los misterios más recónditos. Llegando inclusive, a descifrar el secreto de los sueños. Sin embargo, cuando el olvido toca los patrones del sueño, no logra recordar sus añoradas fantasías.

La mitología egipcia tenía gran respeto por los sueños. Consideraba que los sueños eran enviados por deidades, que traían advertencias sobre hechos futuros. En forma de sueños, ellos creían recibir instrucciones sobre métodos de sanación, advertencias sobre peligros futuros, consejos, revelaciones y respuestas a sus inquietudes.

Para interpretar estos sueños, existían intérpretes que descifraban los mensajes velados en el contenido del sueño y representados a través de símbolos. Pero ¿cómo podían interpretar un sueño si no lo podían recordar?

Todo el mundo sueña. La diferencia entre unas personas y otras, está en la capacidad de recordar los sueños. En algunos despertares podemos recordar los sueños, sin embargo en otros lo olvidamos.

Según diversas investigaciones y estudios, las personas damos la vuelta o cambiamos la postura inmediatamente después de un sueño. Se cree que ello facilita al cerebro a desplazarse a un tipo distinto de onda cerebral. Si no hay forma de que recuerde los sueños, cambie la posición corporal cuando esté en la cama, ya que esto permite generar imágenes del sueño.

Inmediatamente después de despertarse, cuéntele a alguien lo que recuerda del sueño. A medida que hable, irá recordando los detalles, ya que permitirá que éstos afloren a la conciencia.

Es recomendable no comer, ni beber alcohol. Tampoco tomar medicamentos, justo antes de ir a dormir. Los químicos de esos elementos afectan la habilidad del cerebro de recordar los sueños. Muchas personas notan que pueden recordar mejor los sueños si no utilizan un reloj despertador.

Evite llevar teléfono o la computadora portátil a la cama.  Enviar correos y controlar mensajes de texto, justo antes de dormir. Todo esto no le proporciona a la mente el tiempo que necesita para relajarse. Un ambiente tranquilo es muy favorable. Evada todo lo que pueda interferir con la memoria y los patrones del sueño.

Escriba todo lo que recuerde, hasta los detalles. Cuando no se acuerde escriba: «No me acuerdo de mi sueño». Esta frase estimula el recuerdo, facilitando las figuras guardadas en la mente. Existe otra técnica, la de dibujar garabatos, que incita a las asociaciones, y despierta la memoria.

Hay una vieja creencia tibetana, que afirma, que al momento de acostarse, debe concentrarse en el deseo de recordar los sueños. Después de enfocar esa intención, como si estuviera situada detrás de su garganta. Imagínese una esfera azul resplandeciente en la zona del cuello, e imagine que coloca su deseo de recordar el sueño en el interior de esa órbita azul. Visualice un rato esta imagen hasta que se duerma.

¡Deje volar su imaginación! Estimule la memoria y sumérjase en los recuerdos del sueño.

ALFA

5 comentarios de “LO QUE DEBEMOS HACER PARA RECORDAR LOS SUEÑOS

  1. PAULA ESTEVES dice:

    No deja de ser un misterio el asunto de los sueños. Desde que leí este artículo hago estos ejercicios para tratar de recordarlos, gracias.

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