Actualmente las píldoras son tan comunes que existe una para cualquier propósito, desde píldoras para la fiebre hasta para adelgazar, y junto a ellas están las píldoras de la inteligencia, que llegaron para unirse a esta larga lista. Aunque su existencia no es tan reciente, ya que tienen tiempo entre nosotros, estas han ganado gran popularidad actualmente, impulsadas por su uso en el mundo profesional y académico por personas que buscan mejorar con ellas sus capacidades para el trabajo y el estudio; pues afirman que estimula su mente e incluso los hace más inteligentes.
Puede parecer ciencia ficción, pero lo cierto es que estas píldoras existen y han supuesto una revolución científica y social en todo el mundo, por lo que son prometedoras. Pero entonces, resulta lógico preguntarse ¿realmente nos hacen más inteligentes?
Si bien, es lo que muchos pudiésemos pensar a priori, estas píldoras no precisamente hacen honor a su nombre, ya que según afirmó el doctor Luis Alberto Ramírez Ortegón, medico neuropsiquiatra, en una entrevista para la cadena CNN “estas solo producen efectos que generan en nosotros, la idea de que mejoran nuestra percepción del mundo y con ello, aparentemente mejora la inteligencia”.
Lo que se sabe de estas píldoras es que actúan aumentando los niveles de atención, concentración, energía y memoria por un tiempo prolongado; pero esto no significa que nos convertiremos en genios de la noche a la mañana simplemente con tomar una píldora. Ya que, según Rodrigo Nel Córdoba, presidente de la Asociación Psiquiátrica de América Latina, la inteligencia está condicionada por la interacción de varios elementos de carácter biológico, genético y ambiental, por lo que se requerirá mucho más que una pastilla para aumentar la inteligencia.
No obstante, por sus efectos estimulantes en la memoria y la concentración, estos fármacos, pertenecientes a la familia de los nootrópicos, se siguen comercializando sobre todo en diferentes páginas web como mejoradores cognitivos. Aun cuando en su mayoría, las píldoras inteligentes más usadas como el adderall, ritalin o modafinil han sido desarrolladas con otros fines, entre ellos tratar los trastornos de hiperactividad con déficit de atención, la narcolepsia y otros trastornos del sueño.
Aunque se ha descubierto que tienen efectos estimulantes en el cerebro, nadie está seguro de sus efectos a largo plazo, en personas sanas debido a la falta de estudios pertinentes por más de dos años y medio. Sin embargo, algunos expertos advierten que, a largo plazo pudiera tener efectos colaterales provocando problemas cognitivos y adicción a las píldoras. Otros como el doctor Ramírez afirman que, también tendrían efectos altamente perjudícales para el organismo, ya que estas pastillas se metabolizan en el hígado y se desechan a través de los riñones.
Según afirmó, tomando como base estudios realizados a trabajadores de “Silicon Valley” donde es frecuente el consumo de estas píldoras, también se pueden presentar lesiones renales y alteraciones dermatológicas. Incluso afirma que el desconocimiento ha llevado al uso indiscriminado, lo que se evidencia en la preparación de cocteles con estas píldoras, cuyo efecto sinérgico podría provocar daños aún mayores.
Lo que debemos tener bien claro es que si bien estas píldoras son capaces de mantenernos más atentos y más concentrados, usarlas o no, debe ser parte de un gran debate en el profundicemos más sobre los aspectos éticos y científicos detrás de su consumo.
ALFA