Coloridas colinas de Sintra son un patrimonio de cultura portuguesa, que resalta como uno de sus principales puntos turísticos en la región lusa. Calles empinadas, castillos y casas reales, un paseo que le hará regresar siglos atrás, con los hermosos paisajes celtas que ofrecen las coloridas colinas de Sintra.
Al tomar un tren desde Lisboa puede llegar a la villa de Sintra en tan solo 35 minutos, que con más de 300.000 habitantes, un resaltante casco histórico, y su prodigioso poder en resguardar su culturalidad, fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco el 19 de diciembre de 1995.
Alfonso I de Portugal fue el primero en conquistar Sintra en el año 1147, siendo la segunda ciudad tomada luego de la conquista de la actual Lisboa. Anteriormente Sintra era parte del reino musulmán de Taifa de Badajoz, el cual surgió tras la caída del Califato de Córdoba a comienzos del siglo XI.
El inicio de su mágica travesía por las coloridas colinas de Sintra puede iniciar en la ‘Quinta da Regaleira’. Reconocido como el lugar místico de Sintra, esta Quinta fue edificada como un pequeño palacio perteneciente a un aristócrata portugués. En los alrededores de la ‘Quinta da Regaleira’ dispuso una serie de jardines magníficos, que se ven cargados de simbolismos relacionados con la masonería. De hecho, en cada mínimo detalle podrá denotar pequeños secretos escondidos en la naturaleza real que ofrece ‘Quinta da Regaleira’.
De su pasado musulmán, las coloridas colinas de Sintra todavía mantienen un asentamiento árabe llamado ‘Castelo do Mouros’. Construido durante el siglo VIII, estas ruinas musulmanas forman parte del vestigio más antiguo de la villa de Sintra. Los paseos por el castillo pueden ser toda una experiencia que enriquecerá la visita, dándole una muestra de la multiculturidad de esta urbe portuguesa.
Otra faceta a conocer en las coloridas colinas de Sintra es de corte religioso. El ‘Convento dos Capuchos’ es una construcción ceremonial construida en piedra, que se halla enclavada en medio del Parque Natural de la Sierra de Sintra. Con una austeridad arrolladora, este convento permite aún conocer la manera en que monjes capuchinos le habitaron hace ya varios siglos atrás.
Ubicado en pleno centro de la Villa, el Palacio Nacional de Sintra es un lugar a tener que visitar durante un paseo por sus colinas. Hallarlo es fácil por sus características chimeneas de forma cónica y color blanco. Si el exterior es llamativo, el paseo por su interior le otorgará una visión antigua sobre los estilos de diseño, decoración y arquitectura usado durante el tiempo de la monarquía lusa.
En definitiva, el patrimonio cultural de Sintra es la joya de su corona, lo que le hace lugar de gran tráfico turístico hacia esta villa. El tener, en su extensión de 316.000 kilómetros cuadrados, siete palacios por visitar, además de los encantos naturales que ofrece la campiña portuguesa, puede hacer de su aventura todo un cuento de hadas.
ALFA