La desigualdad es la cualidad de ser una cosa diferente de otra, o de distinguirse de otra por tener características, valores o rasgos que la hacen diferente. Es lo opuesto a la igualdad.

La desigualdad también puede referirse a la falta de equidad, equilibro o igualdad entre dos o más personas, cosas, hechos o realidades. En este sentido, puede relacionarse con cuestiones sociales (desigualdad social, económica, educativa, de género) de las cuales se ocupa la disciplina de la sociología.

El tema de la desigualdad se aplica con fines comparativos, pues cuando se habla de desigualdad se hace para establecer las diferencias entre dos cosas.

Desigualdad social

Se conoce como desigualdad social a la situación socioeconómica por la cual un individuo recibe un trato desigual o diferente. En función de su posición social, económica, su creencia religiosa, su color de piel, su género, sus preferencias sexuales, su lugar de procedencia o su cultura, entre otras cosas.

La desigualdad social se manifiesta en un trato diferente o discriminatorio hacia las personas por tener alguna de las características antes mencionadas. En este sentido, puede ser positiva, cuando la beneficia al individuo, o negativa, cuando va en perjuicio de sus derechos.

La desigualdad social es consecuencia de problemas históricos y culturales, y ha existido desde tiempos remotos en todas las civilizaciones del mundo.

Es un grave problema para nuestras sociedades modernas, pues acaba por condicionar el acceso del individuo a bienes económicos y culturales, servicios públicos y a determinadas posiciones o roles en la sociedad en función de prejuicios o creencias.

Desigualdad económica

La desigualdad económica es aquella que está relacionada con la distribución de la renta en la sociedad. Estas desigualdades influyen en el nivel de acceso que tienen las personas a los bienes y servicios, y se refleja, sobre todo, en las diferencias de ingresos que dividen a las personas entre ricos y pobres.

Las diferencias de ingresos son particularmente marcadas entre profesionales altamente especializados y personas con ocupaciones comunes, que requieren menos capacitación.

Todos estos factores acaban por estratificar a nuestras sociedades y dividirlas en tres grandes grupos: clase baja, media y alta.

Siendo que cada uno de estos grupos tiene una serie de privilegios y limitaciones que le son propios, pues están directamente relacionados con su capacidad de poder adquisitivo.

Desigualdad educativa

La desigualdad educativa está relacionada con las diferencias en el acceso a la educación. Como tal, es una de las consecuencias más graves de la desigualdad social, pues en ella se hace patente la desigualdad de oportunidades entre las personas en función de su estatus o clase social.

Las clases más bajas, que resultan desfavorecidas en la posibilidad de finalizar sus estudios o de hacerlos en condiciones adecuadas, acaban por incorporarse al mercado de trabajo a edades más tempranas, y quedan excluidas de la educación superior. Así, la falta de educación formal acaba por segregarlos dentro de instancias laborales y sociales.

La desigualdad en la educación demuestra que nuestros sistemas no ofrecen las mismas oportunidades de formación a todos. No están distribuidas de forma igualitaria o de acuerdo a criterios de mérito o competitividad, sino que el nivel económico, así como otros factores, como la ideología política, la religión, la etnia, el género o la orientación sexual, también pueden influir.

Desigualdad de género

La desigualdad entre sexos o desigualdad de género es una de las principales causas de la desigualdad en nuestras sociedades. El sexo biológico puede resultar un factor condicionante a la hora de tener acceso a la educación, al mundo laboral o a ocupar espacios de poder.

La desigualdad de género afecta sobre todo a la mujer, que puede enfrentarse a diversas situaciones de desigualdad a lo largo de su vida. Una de las más comunes es la desigualdad en los ingresos, incluso cuando desempeña el mismo cargo que un hombre.

Qué es la Equidad

La equidad es la justicia natural que se caracteriza por la imparcialidad a la hora de reconocer el derecho de cada uno. Se adapta a las necesidades particulares de cada persona con el fin de hacer lo más justo.

La equidad como valor humano busca implementar justicia e igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres, respetando las características particulares para darle a cada uno lo que le corresponde o merece.

A diferencia de la igualdad, que busca tratar a todos de la misma manera, la equidad reconoce que las personas tienen necesidades y contextos diversos.

Trata de asegurar que todos tengan acceso a lo que necesitan para tener una participación significativa e igualitaria en sociedad. La equidad busca establecer o instituir una sociedad justa, tal como dice Aristóteles:

“La equidad es la Justicia aplicada al caso concreto. Muchas veces la rigurosa aplicación de una norma a los casos que regula puede producir efectos secundarios”.

La palabra equidad proviene del latín «aequitas».

Por último, la equidad es sinónimo de igualdad, ecuanimidad, justicia, rectitud, equilibrio.

Equidad en Derecho

La equidad es una forma justa de la aplicación del Derecho, porque la norma se adapta a una situación en la que está sujeta a los criterios de igualdad y justicia.

La equidad no solo interpreta la ley, sino que impide que la aplicación de la ley pueda perjudicar a algunas personas. Cualquier interpretación de la justicia debe direccionarse para lo justo y la equidad complementa la ley llenando los vacíos encontrados en ella.

El uso de la equidad debe adaptarse al contenido literal de la norma, teniendo en cuenta la moral social, el sistema político del Estado y los principios generales del Derecho.

La equidad, en definitiva, completa lo que la justicia no alcanza, haciendo que la aplicación de las leyes no sea demasiado rígida, para no resultar perjudicial en casos concretos.

Equidad de género

Una de las grandes luchas sociales es acabar con la discriminación de ambos sexos. La tarea fundamental de la equidad de género es ofrecer a todas las personas, independientemente de su género, las mismas oportunidades y tratamientos para garantizar el acceso a sus derechos, así como el uso de los bienes y servicios de la comunidad.

Es fundamental impulsar la equidad de género en diferentes ámbitos, como en la educación, trabajo, política, entre otros. El objetivo de dar un trato justo a hombres y mujeres, con iguales oportunidades de trabajo, y accesibilidad a la educación, salud, entre otros.

Equidad social

La equidad social, como tal, es la aplicación de los derechos y obligaciones de manera justa y equitativa a las personas, independientemente de la clase social a la que pertenezca. Por ejemplo; ofrecer educación a los individuos, sin distinción de sexo, clase social, religión, entre otros.

La equidad social no pretende eliminar las diferencias existentes, sino de valorarlas y ofrecer un trato equivalente para superar las desigualdades sociales existentes en la sociedad.                                                          

La equidad tuvo un papel fundamental en el desarrollo del Derecho Romano, que se caracterizaba por el formalismo, la oralidad y la rigidez, aplicando la igualdad aritmética en lugar de la equidad.

El Derecho Romano no se extendía a todos los que vivían en el imperio, creando una masa de excluidos que no podían acudir a la justicia.

Sin embargo, con la invasión de Grecia por los romanos, hubo una sincretización entre las dos culturas. Con ello, además de la introducción de una ley escrita, la filosofía griega influyó en la rotura de la rigidez de la ley, a través del principio de la equidad.

Grecia es considerada la cuna de la justicia y de la equidad, ya que no excluía la ley escrita, solo la hacía más democrática. Por ello tuvo un papel importante en el derecho romano.