El trastorno de estrés postraumático (TEPT) es una condicionmental que puede ocurrir en personas que experimentaron un evento traumático, un hecho aterrador, impactante, o peligroso como amenazas de muerte, lesiones o violencia sexual.

Otros ejemplos de exposición a eventos traumáticos incluyen desastres naturales, accidentes graves, actos terroristas, guerras y combates, violación y agresión sexual, trauma histórico, violencia de pareja e intimidación. Para la comunidad latina/hispana, el estrés de la aculturación, la inmigración y las experiencias de racismo y discriminación pueden ser factores de riesgo para padecer TEPT

Trastorno por estrés agudo

El trastorno por estrés agudo ocurre como reacción a un evento traumático, al igual que el TEPT, y los síntomas son similares. Ocurre entre el 19 y el 50 % de las personas que experimentan violencia interpersonal (por ejemplo, violación, agresión, violencia intima por parte de la pareja).Los síntomas se presentan entre tres días y un mes después del evento. Las personas con trastorno de estrés agudo pueden revivir el trauma, tener escenas retrospectivas o pesadillas, y pueden sentirse bloqueadas o disociadas de sí mismas. Estos síntomas causan gran angustia y problemas en su vida diaria. Aproximadamente la mitad de las personas con trastorno de estrés agudo terminan teniendo TEPT.

La psicoterapia, incluida la terapia cognitiva conductual, puede ayudar a controlar los síntomas y ayudar a evitar que empeoren y se conviertan en TEPT. Los medicamentos, como los antidepresivos ISRS, pueden ayudar a aliviar los síntomas.

Trastorno de adaptación

El trastorno de adaptación ocurre en respuesta a un evento (o eventos) estresante de la vida. Los síntomas emocionales o conductuales que experimenta una persona en respuesta al factor estresante son generalmente más graves o más intensos de lo que cabría esperar razonablemente para el tipo de evento que ocurrió.

Por otro lado los síntomas pueden incluir sentirse tenso, triste o desesperanzado, alejarse de otras personas, actuar de manera desafiante o mostrar un comportamiento impulsivo, o manifestaciones físicas como temblores, palpitaciones y dolores de cabeza.

Los síntomas causan angustia significativa o problemas de funcionamiento en áreas clave de la vida de la persona, por ejemplo, en el trabajo, la escuela o en las interacciones sociales. Los síntomas de los trastornos de adaptación comienzan dentro de los tres

meses posteriores a un evento estresante y no duran más de seis meses después de que el factor estresante o sus consecuencias hayan terminado.

El factor estresante puede ser un solo evento (como una ruptura romántica) o puede haber más de un evento con un efecto acumulativo. Los factores estresantes pueden ser recurrentes o continuos (como una enfermedad dolorosa en curso con una discapacidad creciente). Para la comunidad latina/hispana, el estrés puede verse agravado por experiencias como la discriminación, la aculturación (adaptación a una cultura extranjera), la falta de apoyo social, y las barreras económicas y lingüísticas para la salud mental. Los factores estresantes pueden afectar a una sola persona, a toda una familia o a un grupo o comunidad más grande (por ejemplo, en el caso de un desastre natural).

Se estima que entre el 5 y el 20 % de las personas en tratamiento ambulatorio de salud mental tienen un diagnóstico principal de trastorno de adaptación. Un estudio reciente encontró que más del 15 % de los adultos con cáncer tenían un trastorno de adaptación. Por lo general, se trata con psicoterapia.

Trastorno de relación social desinhibida

El Trastorno de relación social desinhibida se presenta en niños que han sufrido privaciones o abandono social grave antes de los dos años. Similar al trastorno reactivo del apego, puede ocurrir cuando los niños carecen de las necesidades emocionales básicas de consuelo, estimulación y afecto, o cuando los cambios repetidos en los cuidadores (como cambios frecuentes en el cuidado de crianza) les impiden formar vínculos estables.

El trastorno de relación social desinhibida involucra a un niño que se involucra en un comportamiento demasiado familiar o culturalmente inapropiado con adultos desconocidos. Por ejemplo, el niño puede estar dispuesto a irse con un adulto desconocido sin ninguna o muy poca duda. Los retrasos en el desarrollo, incluidos los retrasos cognitivos y del lenguaje, a menudo coexisten con este trastorno. Se ha demostrado que la calidad del cuidado interviene en el curso de esta enfermedad. Sin embargo, incluso con mejoras en el entorno de cuidado, algunos niños pueden tener síntomas que persisten durante la adolescencia.

Se desconoce la prevalencia del trastorno de relación social desinhibida, pero se cree que es raro. La mayoría de los niños severamente descuidados no desarrollan el trastorno. La modalidad de tratamiento más importante es trabajar con los cuidadores para garantizar que el niño tenga una figura de apego emocionalmente disponible.

Trastorno de vinculación reactiva

El trastorno de vinculación reactiva se presenta en niños que han sufrido privaciones o negligencia social severa durante sus primeros años de vida. Puede ocurrir cuando los niños carecen de las necesidades emocionales básicas de consuelo, estimulación y afecto, o cuando los cambios repetidos en los cuidadores (como cambios frecuentes en el cuidado de crianza) les impiden formar vínculos estables.

Los niños con trastorno vinculación reactiva son emocionalmente retraídos de sus cuidadores adultos. Rara vez recurren a los cuidadores en busca de consuelo, apoyo o protección o no responden al consuelo cuando están angustiados. Durante las interacciones de rutina con los cuidadores, muestran poca emoción positiva y pueden mostrar miedo o tristeza inexplicables. Los problemas aparecen antes de los 5 años. Los retrasos en el desarrollo, especialmente los retrasos cognitivos y del lenguaje, a menudo ocurren junto con el trastorno.

El trastorno de vinculación reactiva es poco común, incluso en niños gravemente desatendidos. El tratamiento implica que un terapeuta trabaje con un niño y su familia para fortalecer la relación entre el niño y sus cuidadores principales.

Tratamiento

Es importante tener en cuenta que aunque el TEPT es tratable, no todas las personas que experimentan un trauma desarrollan TEPT, y no todas las personas que desarrollan TEPT requieren tratamiento psiquiátrico. Para algunas personas, los síntomas del TEPT disminuyen o desaparecen con el tiempo. Otros mejoran con la ayuda de su sistema de apoyo (familiares, amigos o clérigos). Pero muchas personas con TEPT necesitan tratamiento profesional para recuperarse de la angustia psicológica que puede ser intensa e incapacitante. Es importante recordar que el trauma puede provocar una angustia grave. Cuanto antes reciba tratamiento una persona, mayores serán las posibilidades de recuperación.

Los psiquiatras y otros profesionales de la salud mental usan varios métodos efectivos (probados por investigaciones) para ayudar a las personas a recuperarse del TEPT. Tanto la psicoterapia (terapia de conversación) como los medicamentos son tratamientos efectivos basados en evidencia para el TEPT.

Terapia cognitiva conductual

Una categoría de psicoterapia, la terapia cognitiva conductual (TCC), es muy eficaz. La terapia de procesamiento cognitivo, la terapia de exposición prolongada y la terapia de inoculación de estrés (que se describen a continuación) se encuentran entre los tipos de TCC que se usan para tratar el TEPT.

  • La terapia de procesamiento cognitivo es una terapia cognitiva conductual basada en la evidencia diseñada específicamente para tratar el TEPT y los síntomas comórbidos. Los terapeutas ayudan a la persona a confrontar recuerdos y emociones angustiantes. Se enfoca en cambiar emociones y creencias negativas dolorosas debido al trauma (como vergüenza, “he fallado”, “el mundo es peligroso, etc”) en emociones positivas (e.g. alegría, gratitud, serenidad, Esperanza).

  • La terapia cognitiva conductual centrada en el trauma es un modelo de tratamiento para niños y adolescentes que se basa en la evidencia y que incorpora intervenciones sensibles al trauma con principios y técnicas cognitivas conductuales, familiares y humanísticas.

  • La desensibilización y el reprocesamiento por movimientos oculares para el TEPT es una psicoterapia centrada en el trauma que se administra durante aproximadamente tres meses. Esta terapia ayuda a la persona a procesar nuevamente el recuerdo del trauma para que lo experimente de una manera diferente. Después de realizar una historia completa y desarrollar un plan de tratamiento, el terapeuta guía al paciente a través de preguntas sobre el recuerdo traumático.

  • Los movimientos oculares similares a los del sueño REM se recrean durante una sesión haciendo que el paciente mire los dedos del terapeuta ir y venir o mirando una barra de luz. Los movimientos oculares duran un breve período. Las experiencias durante una sesión pueden incluir cambios en pensamientos, imágenes y sentimientos. Después de sesiones repetidas, la memoria tiende a cambiar y se experimenta de una manera menos negativa.

  • La terapia grupal alienta a los sobrevivientes de eventos traumáticos similares a compartir sus experiencias y reacciones en un entorno cómodo y sin prejuicios. Los miembros del grupo se ayudan unos a otros a darse cuenta de que muchas personas habrían respondido de la misma manera y sentido las mismas emociones. La terapia familiar también puede ayudar porque el comportamiento y la angustia de la persona con TEPT pueden afectar a toda la familia.